De momento nadie se responsabilizó del ataque, pero tanto extremistas talibanes como el grupo Estado Islámico están activos en la capital y en ocasiones pasadas se han atribuido atentados.
El responsable había servido en la Infantería de Marina en Afganistán dos veces pero fue dado de baja porque “su carácter no era compatible con las expectativas y los estándares”, dijo un diario local.
Destacó que en Afganistán, Irak y otros países continúan registrando casos en niños, ya que su cultura y creencias les impiden ser vacunados contra esta enfermedad.
En la víspera, un informe de la ONU sostuvo que la guerra está provocando cifras récord de muertos, y que en julio murieron más civiles que en cualquier otro mes desde que se llevan estadísticas.
Las fuerzas militares de Estados Unidos confirmaron que los ataques provocaron la muerte de 11 combatientes del Talibán, pero no informaron si hubo decesos de civiles.
La fuente indicó que cuatro de los muertos son estudiantes y que "prácticamente todas las víctimas" son civiles, entre ellas un buen número de trabajadores sanitarios, pacientes y vecinos de las casas cercanas.