Los ocho militares fueron señalados por criminales confesos de pertenecer al grupo de Guerreros Unidos, que estuvo detrás de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El obispo Salvador Rangel perdonó a las personas que le hicieron daño durante y tras su desaparición, revictimizándolo; explicó que se encuentra delicado de salud.
El obispo Salvador Rangel es conocido por tratar de mediar entre los grupos delictivos de Guerrero; hoy las autoridades tratan de entender si, en realidad, fue víctima de un secuestro.
Se trata de Yainix Aarón Gavarrete Cruz de 11 años, quien fue visto por última vez abordando un tren con dirección a la ciudad de Piedras Negras, Coahuila.