El hombre señala que perdió su única fuente de ingresos ante la intolerancia de un pasajero que por su forma de hablar, creyó que manejaba en estado de ebriedad.
Aunque no es la primera vez que lo agrede, la mujer no quiso interponer denuncia, pues su suegra le marcó por teléfono para pedirle que no lo hiciera porque no quería que lo llevaran a la cárcel.