Otay, San Isidro y Calexico son las principales puertas de acceso del opioide sintético que en 2021 produjo más muertes que las armas, los accidentes automovilísticos y el covid-19, de acuerdo con la fiscal de San Diego.
En 2021 perdieron la vida 107 mil personas por sobredosis, 70 mil ligadas a esa droga creada en laboratorios de los cárteles de Sinaloa y de Jalisco, instalados en esas dos entidades, en Sonora y en Baja California.