Los jóvenes se paseaban por el centro comercial, cuando una mujer los interceptó para cuestionarlos sobre su identidad y preferencia sexual, utilizando un discurso religioso.
La plaza comercial ubicada en Tlalnepantla, Edomex, argumentó que el niño sacado a golpes y empujones se comporta de manera agresiva, molesta a los clientes y hace sus necesidades al interior del recinto si no le compran los dulces que vende.