El líder ruso llegó con una hora de retraso a su tercera entrevista con el Pontífice, quien con un fuerte apretón de manos lo invitó a su estudio privado del palacio apostólico.
El presidente estadounidense bromeo con su homónimo ruso sobre los cuestionamientos que surgieron en la campaña presidencial de 2016 que acusan injerencia rusa en favor de Trump.
Los lazos entre Estados Unidos y Rusia siguen estando tensos por todo, desde Siria hasta Ucrania, así como por las acusaciones de interferencia rusa en la política de Estados Unidos, que Moscú niega.
El presidente aseguró que Moscú no está creando bases militares ni enviando tropas a Venezuela y señaló que su gobierno está en contra de la injerencia en asuntos internos del país.