La iniciativa ha desatado una tormenta de críticas al papa Francisco y hay quienes acusan de herejes a los organizadores del sínodo por atreverse a plantear un debate sobre el celibato de los curas en el rito latino.
Los incendios han desatado protestas contra el gobierno de Brasil y se han convertido en una cuestión apremiante en la cumbre del Grupo de los Siete que se desarrolla ahora en Francia.