Las autoridades enviaron convoyes de corporaciones estatales y federales; los habitantes de San Cristóbal de las Casas exigieron que los hechos de violencia paren.
Un grupo de Cáritas y del Fideicomiso por la Salud de los Niños Indígenas de México en coordinación con la parroquia de San Andrés apóstol, se dirigían a entregar ayuda humanitaria a familias desplazadas por la situación de violencia.