Las medidas incluyen una prohibición de las reuniones con más de 50 personas, la puesta en marcha de centros de alojamiento para atender casos sospechosos y la creación de unidades de salud que brinden atención a los afectados.
El presidente Alejandro Giammattei advirtió que, ante la llegada de una nueva caravana de migrantes provenientes de Honduras, aplicará controles sanitarios en la frontera para que nadie con síntomas de la enfermedad ingrese al país.
La atención se otorgó, en su mayoría, a personas extranjeras originarias de El Salvador, Cuba, Honduras y Haití, Guatemala, Chile, Costa Rica, Nicaragua y Bolivia, así como apátridas.
Los hechos ocurrieron en el penal de El Porvenir, a 70 kilómetros al este de Tegucigalpa, en el segundo evento de violencia en menos de una semana en nación centroamericana.