Un 25 de agosto de 2011, delincuentes rociaron gasolina al lugar y le prendieron fuego con clientes y empleados al interior, dejando uno de los peores atentados contra la población civil en México.
La detención ocurrió en el cruce de las calles Cerro de las Mitras y Carpinteros, donde oficiales municipales que hacían un recorrido de rutina, se detuvieron para auxiliar a dos hombres que aparentemente se habían quedado sin gasolina.