Tras una reunión con el gobernador de Tokio y los líderes de tres prefecturas vecinas, Nishimura indicó a los periodistas que el Gobierno necesita consultar con expertos en salud antes de llevar a cabo una nueva declaración.
Los ciudadanos japoneses y los residentes extranjeros podrán entrar, pero deberán mostrar el resultado de su prueba negativa, y deberán estar en cuarentena durante dos semanas después de su llegada.
Japón ha prohibido los ingresos de personas desde Reino Unido, con la excepción de los ciudadanos japoneses que regresan y aquellos con permisos de residencia.