Los locatarios irrumpieron durante la celebración de un convenio de colaboración entre autoridades capitalinas y de la Central de Abastos para promover la salud mental.
Autoridades señalaron que el atacante sufría graves problemas de salud mental, pese a que el grupo extremista Estado Islámico se atribuyó de inmediato la autoría.
Las formas más comunes para privarse de la vida es el ahorcamiento seguido por detonaciones de arma de fuego o ingesta excesiva de medicamentos controlados.