Se presume que el rescate fue de una mujer de 19 años, quien habría sido obligada a trabajar contra su voluntad en un bar ubicado en uno de los principales cuadros de la ciudad.
A la poca afluencia en la principal central de autobuses de la ciudad se suman los recorridos casi vacíos que hicieron los turibuses, mismos que en otros días incluso cuentan con largas filas para acceder.
Los peatones deben sortear los puestos de los ambulantes, mientras que los automovilistas se desesperan porque tardan hasta media hora en cruzar dos o tres cuadras.
La mayoría de los productos en tiendas del Centro Histórico son de origen chino y las etiquetas de las especificaciones carecen de información útil para los compradores.
En el pasado los ambulantes aseguraban que si el ayuntamiento le permitía trabajar, se encargarían de los desechos que generan sus productos, hoy están en las calles y su basura también.
Comerciantes de la calle 10 Poniente pidieron el auxilio inmediato de la autoridad al ver llamas saliendo desde un domicilio ubicado en pleno Centro Histórico de Puebla.