Durante la marcha, los asistentes recorrieron la zona centro de este municipio de La Laguna con lonas y consignas referentes a sus familiares desaparecidos.
Una de ellas relató que su hija pudo haber sido asesinada al interior del Cereso de Torreón en el año 2010 cuando fue a visitar a su esposo que se encontraba detenido.
Susana Castillo aún busca a su esposo Humberto Reyna, desaparecido en 2011 cuando fue a su trabajo como escolta. Ahí descubrió lo que es vivir en una constante pesadilla, misma que no se detiene.
Los familiares de los normalistas desaparecidos detallaron que no les mueve la venganza, ni la animadversión personal contra nadie, sino la esperanza de que se sepa la verdad.
El subsecretario de Derechos Humanos de la Segob dijo que las evidencias acreditan que fueron asesinados; y se confirmó la identificación de tres de los 43 normalistas desaparecidos.