Paul McCartney, Ed Sheeran y The Rolling Stones están entre los más de mil 500 músicos que le pidieron al gobierno británico que intervenga y salve la industria de la música en vivo.
El proyecto está basado en la leyenda urbana que sostenía que el cantautor había fallecido durante un accidente automovilístico, lo cual provocó su remplazo por alguien idéntico.