El especialista mencionó que en lugar de enviar el agua a un proceso de reuso indirecto para consumo humano, sería más beneficioso canalizarla hacia los agricultores.
La camioneta derribó varias estructuras, entre ellas una luminaria a la altura de la Secretaría de Agricultura y las oficinas de la Comisión Nacional del Agua.
Juan Ignacio Barragán indicó que, aunque por la sequía no pueden dedicarse a la agricultura y la ganadería, el agua que les proporcionarán no puede usar utilizada para esos fines.