La Iglesia logró una tregua entre los Tlacos y Ardillos, grupos que se encontraban peleando el control del transporte público en la capital de Guerrero.
Comerciantes se ven desplazados en siembra, distribución y venta de mercancías como jitomate, aguacate, limón, carne y pollo; involucran a las bandas de Los Tlacos y Los Ardillos en esa trama.