Ex convento de San Francisco: testigo vivo de la fundación de la ciudad de Puebla
Conoce el impacto del ex convento Franciscano en la identidad de la ciudad de Puebla
El ex convento Franciscano de la Ciudad de Puebla se destaca como un importante testimonio de la fundación de esta ciudad por parte de los colonizadores españoles en 1531. La relevancia histórica del convento se vincula directamente con Fray Toribio de Benavente, uno de los doce fundadores provenientes de España, quien ofició la misa inaugural el 16 de abril de aquel año.
La construcción del templo conventual se inició en el mismo año de la fundación de Puebla, tras la mencionada misa oficiada por Fray Toribio. La decoración de este majestuoso edificio se extendió hasta el año 1767, interrumpiéndose en diversas ocasiones para recaudar fondos que permitieran continuar con la obra.
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El templo conventual, dedicado a las Cinco Llagas de San Francisco, es parte de la jurisdicción eclesiástica de la Arquidiócesis de Puebla de los Ángeles y representa el primer convento establecido en la ciudad. Se encuentra ubicado en la zona más antigua de Puebla, en la intersección de las calles 14 oriente y bulevar 5 de mayo. Una de las capillas alberga el cuerpo incorrupto del beato fray Sebastián de Aparicio.
Cómo está construido el templo de San Francisco en Puebla
El templo, de una sola nave, se encuentra reforzado con contrafuertes cuadrados y cuenta con un pretil en la planta alta. Su fachada, construida entre 1743 y 1767 por el arquitecto José Buitrago, es de estilo Churrigueresco y combina elementos de cantera, ladrillo y azulejo.
La fachada presenta un diseño con tres muros, en los que destacan 14 grandes tableros de azulejos poblanos que representan jarrones con flores. Además, hay dos tableros más pequeños que muestran las imágenes de Dios Padre y la Virgen Conquistadora.
La fachada, elaborada en cantera, consta de tres cuerpos de estilo barroco estípite. En el primer cuerpo, se encuentra una puerta de madera al estilo mudéjar con los escudos franciscanos, uno en la clave del arco y otro en la hoja derecha, mientras que en la hoja izquierda se encuentra el escudo dominicano.
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En el segundo cuerpo, hay una hornacina con la escultura de San Antonio de Padua, y en el tercer cuerpo se aprecia un alto relieve representando los Estigmas o Llagas de San Francisco de Asís, flanqueado por las esculturas de San Antonio y San Cristóbal.
Entre el segundo y el tercer cuerpo, se encuentra un óculo mixtilíneo cubierto con piedra de Tecali en lugar de vidrio. En la hornacina del último cuerpo, se halla la figura del Patriarca San José con el niño Jesús, acompañado a su derecha por San Joaquín y a su izquierda por Santa Ana. El conjunto culmina con una cornisa que contiene una última hornacina con la imagen de la Virgen María, rematando con la figura del Arcángel San Miguel como patrono de la Ciudad de Puebla.
La torre de la iglesia, una destacada estructura, comenzó a construirse en 1730 por el padre Tapia, quien logró completarla hasta la altura de la cornisa. Luego, el padre José Antonio continuó con la obra en cantera, añadiendo campanas y finalizando en 1767. La imponente torre se eleva a una altura de 63 metros y descansa sobre un hueco en la bóveda de una pequeña capilla. Su basamento de mampostería se alza hasta alcanzar la cornisa del templo, seguido por dos cuerpos de planta cuadrada y un remate separado por cornisa y cuenta con dos campanarios a cada lado.
El ex convento franciscano de la Ciudad de Puebla es un tesoro arquitectónico y religioso que destaca por su importancia histórica y belleza artística. Su construcción a lo largo de varios siglos y su ubicación privilegiada en el corazón de la ciudad lo convierten en un punto de referencia y un recordatorio de los orígenes coloniales de Puebla.
Los visitantes tienen la oportunidad de admirar su fachada, la decoración interior, así como el cuerpo incorrupto del beato fray Sebastián de Aparicio, dejando una huella en la rica historia y patrimonio cultural de la región.
Como dato extra la estructura de la torre de esta iglesia se vio severamente dañada durante el año 2017 tras el sismo del 19 de septiembre, a la fecha estos daños ya fueron restaurados conservando al monumento.
ERV
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