Niños migrantes forzados a madurar y luchar por su vida

En las últimas semanas se ha dado a conocer a través de los medios de comunicación que, diferentes caravanas de migrantes centroamericanos transitan por el país, caminando largos trayectos de carreteras bajo los implacables rayos del sol, pasando abre, sed y enfermedades.

Y ni la Guardia Nacional, o el Instituto Nacional de Migración y las inclemencias del tiempo que han enfrentado, los ha detenido de la meta que tienen la cual es llegar a Estados Unidos.

En ocasiones las personas han llegado a cuestionar por qué arriesgan su vida de esa manera, o por qué arriesgan la vida de sus hijos, pero muy pocos conocen lo que en realidad los forzó a tomar esta decisión.

Y aunque, en diferentes ocasiones se han realizado entrevistas a los migrantes centroamericanos, el escuchar el sentir, vivir y pensar de los niños deja mucho que pensar, ya que, a su corta edad, se han visto forzados a pensar como adultos y luchar por su vida como nunca antes lo hubieran imaginado.

Este es el caso de Julissa, una pequeña de 11 años de edad, quien es originaria de Haití, pero forma parte de estas caravanas; en cuanto a su vida, se nos dio a conocer que, aunque es originaria de Haití, ya ha vivido en República Dominicana y Brasil y ahora se encuentra en México, junto con sus padres y hermanos, buscando llegar a Estados Unidos para tener un mejor futuro.

Fue así que, la pequeña Julissa, comentó que, aunque su familia no ha sufrido grandes problemas en los trayectos, si les tocó ver como algunas personas perdían la vida en el trayecto, tanto adultos como niños; recalcando que, ha sido triste y difícil la travesía, sin embargo, su meta no cambia; “no ha sido algo fácil, ha sido triste porque hemos visto como personas se caían de las montañas y perdían la vida o cuando caminábamos ya no podían avanzar por sed o hambre, eso no es fácil” dijo.

Por último, al preguntarle respecto al porque decidieron emprender este camino, Julissa, recordó todas las dificultades que, vivían en los otros países; esperando que, por parte de las autoridades tanto de México como de Estados Unidos, los ayuden, ya que, ellos no buscan dañar a nadie, solo tener una mejor calidad de vida y poder soñar, disfrutar y jugar como lo hacen los demás pequeños, “nosotros solo queremos que nos den la oportunidad de poder tener un mejor futuro, no queremos incomodar ni dañar a nadie, solo queremos tener mejores oportunidades y que no nos maten como a otros y que no se roben a mis hermanos como lo han hecho con otros niños”, concluyó.