Exigen la localización de Raúl y Kike, jóvenes desaparecidos en Guadalajara
Las dos víctimas desaparecieron el 9 de febrero y en circunstancias similares.
Con pancartas, gritos y llanto, marcharon en la Glorita de Las y Los desaparecidos en Guadalajara por la crisis que enfrenta el estado por las desapariciones forzadas, problema que parece no tener fin y que mutila a más familias que viven en la incertidumbre de no saber dónde y cómo está su ser amado.
En esta ocasión marcharon por Kike y Raúl Alejandro, jóvenes que son buscados desesperadamente por sus familiares y amigos. Por una parte está Enrique Esparza Ochoa, de 21 años, estudiante de arquitectura y diseño de interiores, quien fue visto por última vez el jueves 9 de febrero en la colonia Providencia, cuando le pidió a su madre el auto prestado para cumplir una diligencia con sus amigos. Sin embargo, posteriormente no se supo nada de él.
“Fue el 9 de febrero, fue jueves en la tarde 7 de la tarde, llegó a recoger las llaves al lugar donde tengo mi taller, iba a hacer tareas, iba a ayudar a un amigo y no regresó a la casa”, narró Laura Ochoa, madre de Kike.
Por su parte, Raúl Alejandro Ordúñez, músico de 27 años, desapareció también el 9 de febrero. Fue visto por última vez en el estudio de grabación donde trabajaba, cuando su familia se percató de que no llegó a dormir a casa, preguntó a sus compañeros de trabajo por Raúl, quienes refirieron que el estudio había sido robado y que además privaron de la libertad a varias personas.
Con estos testimonios y otras pruebas que la familia de Raúl aportó, la Fiscalía pudo encontrar la posibilidad de que los hechos de ambos jóvenes estén relacionados.
“Hoy otra vez fui a la Fiscalía y amplié la declaración con una información donde me dicen que la carpeta de mi hijo y la de Enrique son muy similares por la hora de desaparición, el lugar de desaparición y tengo entendido que Enrique había pedido la camioneta a su mamá para ayudar a unos amigos a hacer una mudanza casualmente en el estudio de mi hijo iban a hacer una mudanza”, comentó Raúl, padre de la víctima.
Las investigaciones continúan, mientras tanto, los seres allegados a los jóvenes ausentes marcharon el 13 de febrero para exigir a las autoridades su localización, pero quienes llevan el dolor más profundo son Laura y Esther, las madres que hicieron todo por ver a sus hijos crecer y ahora no saben donde están.
“Yo lo único que pido es que pues la persona que los tenga, que el corazón se lo siente y que sepa cómo estamos nosotros, sufriendo “, dijo Esther, madre de Raúl.
MRG
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