Juan Pablo García, lagunero atrapado en Acapulco durante llegada de Otis, narra su experiencia
Impactado por las imágenes, el entrevistado recalcó que en ese momento se sintió en una película de ficción
Juan Pablo García, originario de Torreón, fue uno de los laguneros que vivió la terrible experiencia del huracán Otis, en Acapulco, Guerrero.
Juan Pablo llegó el pasado lunes a Acapulco por cuestiones de trabajo ya que se realizaría una convención de minería, por lo que dijo que tras su arribo el clima fue agradable hasta la madrugada de martes, donde en pocas horas el clima cambió drásticamente, pues la alarma comenzó a sonar en el hotel y personal del mismo, emitió las recomendaciones de resguardo y evitar que permanecieran en las ventanas.
"Nosotros estábamos en el cuarto piso, las ventanas prácticamente volaron, se desprendieron las puertas, por que nosotros nos resguardamos en los baños".
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El hombre de 40 años comentó que fue gracias a que uno de sus compañeros traía consigo una antena WiFi, por lo que todos los que permanecieron en el hotel Emporio después de la catástrofe tuvieron la oportunidad de comunicarse con sus familiares.
Detalló que salió del hotel horas después de que Otis pisó tierra y le tocó ver cómo toda la ciudad estaba destruida y en la playa se encontraban cuerpos sin vida.
"Son cosas complicadas poder explicar, cómo el viento que tenía una velocidad de más de 300 kilómetros azotaba las paredes, el mismo viento se llevaba a la gente y gracias a dios estamos vivos" relató.
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Impactado por las imágenes, el entrevistado recalcó que en ese momento se sintió en una película de ficción, al ver gente en las calles esperando encontrar comida, niños llorando.
Mencionó que fue hasta la tarde del jueves que algunas vialidades fueron habilitadas, no así en el pleno centro de Acapulco explicó, García Ibarra.
Destacó que los actos de rapiña no se hicieron esperar, pues la gente aprovechó para sacar desde alimentos y artículos diversos como refrigeradores, estufas, colchones y demás.
Ahora el lagunero da gracias a Dios por seguir con vida y asegura que la experiencia le ha hecho valorar a la familia.
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