Pese a robos del INM, migrantes cantan 'Viva México' y agradecen a vecinos de Santa Rosa
Tras exponer que en realidad los agentes de Migración no los expulsan a su país, sino los roban, encierran y golpean, migrantes agradecieron a vecinos de la colonia Santa Rosa por brindarles comida, ropa y baños.
La tarde del martes 16 de abril, un grupo de aproximadamente 60 migrantes conformado por hombres, mujeres y niños provenientes de Venezuela, Colombia, Cuba y otros países de Centro y Sudamérica, llegó a la colonia Santa Rosa de Gómez Palacio. Estaban esperando un tren que los trasladara al estado de Chihuahua.
Comentaron que durante todo su trayecto por territorio mexicano, han sufrido la violación de sus derechos por parte del personal del Instituto Nacional de Migración. Denunciaron robos, extorsiones y detenciones ilegales.
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Al observar las vagonetas del INM en la calle Ignacio Zaragoza, se mostraron nerviosos y desconfiados. En las vías, a la altura de esa calle, se encuentra el punto de rescate humanitario apoyado por personal de la Guardia Nacional.
Franklin de Hoyos, de origen venezolano, quien lleva 2 meses viajando en busca del sueño americano, cuenta el calvario que ha atravesado en ese tiempo:
"Supuestamente nos expulsan del país, pero lo que hacen es llevarnos a donde están personas mal intencionadas que nos roban, nos maltratan, nos encierran. A las mujeres las intentan violar y a migración no le importa nada. Simplemente queremos avanzar, no queremos quedarnos en este país."
"Me agarraron en Chihuahua, estuve 2 días en la cárcel, nunca vi a un médico por más que lo pedí. Las comidas eran muy escasas. Aparte de eso, no nos podíamos comunicar con un familiar para decirles dónde estábamos, si estábamos bien. Prácticamente era un secuestro por parte de migración."
Cerca de la medianoche llegó el ferrocarril que estaban esperando, y fue el momento en que los migrantes corrieron para abordarlo. Debían hacerlo rápido, pues no sabían cuánto tiempo estaría detenido el convoy.
Los adultos ayudaron a los niños a escalar los vagones, con todo el peligro que esto implica. Una vez arriba, se acomodaron y antes de partir agradecieron a los vecinos de Santa Rosa, quienes no quisieron hablar ante la cámara por temor a represalias. En su mayoría mujeres, estas personas de buen corazón les proporcionaron alimentos, ropa y baños donde asearse, todo con recursos propios. Incluso, antes de partir, les pasaron números telefónicos de otras personas que podrían auxiliarlos en Chihuahua al llegar allá.
Los habitantes del sector comentan que no están de acuerdo con el trato que les dan los agentes del INM, pues al final, los migrantes son personas que buscan un mejor futuro y los tratan como delincuentes.
El ánimo entre los migrantes no decayó a pesar de las duras condiciones de su viaje y de lo que les espera una vez que lleguen a la frontera. Cantando y gritando consignas en contra del gobierno venezolano, se despidieron con un "¡Viva México!" una vez que el tren inició su marcha. Se dirigen al norte con la ilusión de cruzar a los Estados Unidos en busca de una vida mejor.
Sgg.
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