Monasterio de las Carmelitas vende artículos religiosos para sobrevivir a crisis económica

Una situación crítica enfrenta el Monasterio de las Carmelitas en Gómez Palacio pues tras la pandemia padecen una severa crisis económica que les ha llevado a buscar el apoyo de la ciudadanía para la compra de los productos que ahí elaboran como son ostias, cirios, artículos religiosos, medallas, galletas, rompope y las sotanas.

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La hermana Estela del Espíritu Santo señaló que tras una convocatoria lanzada por el grupo de bienhechoras han recibido el apoyo de las familias laguneras con algunas despensas, pero hacen el llamado a la compra de sus productos.

“Nosotros vendemos las ostias, elaboramos galletas, rompope a veces no siempre y los artículos religiosos que van en el altar, manteles y el ropaje de los sacerdotes. A parte de que pueden venir a comprar nuestros productos también pueden venir a llenarse de Dios, tenemos la misa a las doce los domingos y la hora santa a las seis de la tarde o para que conozcan al Carmelo la casa de oración y de paz”, exhortó.

Este convento que llegó a este municipio en 1949, tiene como apostolado la oración por la humanidad se dedican a orar por la salvación, por las salud y por las necesidades de la población, su trabajo es al interior abrazando con su casa de oración “El Carmelo” donde reciben cada domingo a los fieles laguneros.

Este monasterio es sostenido por nueve monjas pero cuatro están enfermas y una postrada en cama, por lo que requieren de pañales y medicamentos para el tratamiento de la diabetes e hipertensión arterial, y prácticamente solo cinco monjas se hacen cargo del servicio y necesidades del monasterio.

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A pesar de ser una casa de formación para las jóvenes que desean consagrar su vida a Dios donde reciben el seguimiento a la vocación durante nueve años para llegar a ser monjas, lamentablemente desde hace once años no tienen nuevas aspirantes.

“Nuestra casa de formación es aquí porque somos autónomas, son nueve años de formación para poder ya ser monjas y la verdad como es una vida de contemplación es un poco difícil y no hay muchas vocaciones, hace once años recibimos la última vocación y ya no ha habido”, lamentó.

Las nueve religiosas que residen en el monasterio son de otras zonas del país, solamente la madre superiora es de Torreón y el resto provienen de Puebla, Zacatecas, Durango , Jalisco Oaxaca y Aguascalientes