Trailero de Monterrey cuenta cómo es pasar Navidad lejos de su familia: “hay que trabajar”
Román Hernández una vez estuvo más de 6 meses fuera de su casa en Monterrey. Es la temporada más larga que estuvo sin ver a su familia.
La Navidad es un tiempo para convivir en familia, pero algunos empleos lo convierten en una misión imposible, pues no siempre bastan los buenos deseos.
Los últimos 33 años, Román Hernández Herrera ha estado ausente muchas veces durante la cena de Nochebuena, porque su oficio de trailero lo obliga a andar en las carreteras en esas fechas tan importantes, y en su casa, hay una silla vacía a la mesa.
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"Es un trabajo difícil, los traileros nos alejamos mucho de nuestras casas, dejamos a nuestra familia sola porque debemos llevar nuestras cargas, hay que trabajar y darle la seguridad a los clientes de que su mercancía llegará a tiempo. Es nuestra vida de trailero", dice.
Román cuenta lo difícil que es trabajar como trailero en Navidad; "hay una silla vacía"
En principio, de recién casado, la idea de pasar la Navidad sola no le agradó mucho a su esposa, Belem Fiscal, quien le pedía dejara de trabajar esos días. Pero la responsabilidad adquirida lo impulsaba a irse, pues, además, los viajes son el modo de ganar lo suficiente para mantener a la familia.
Poco a poco ella se acostumbró, pues entendió que era la manera en que él se ganaba la vida.
"Belem, al principio, no lo entendía, pero paso a paso, se acostumbró, y hoy lo entiende perfectamente, y ahora que nuestros hijos están grandes, convivimos muy bien", dice Román.
Sí, porque con la llegada de los hijos, Paola y Román, hoy de 25 y 20 años, aumentaron los gastos, y menos podía dejar de trabajar en las fechas especiales, aunque mientras andaba por las carreteras en otros estados, el trailero añoraba más aún esas navidades en casa, con cena caliente y la compañía de todos, mientras él lo único que abrazaba era el volante de su tráiler.
Trailero de Monterrey busca darle una mejor vida a su familia día con día
Román es muy apegado a la familia, y eso le hace ser cuidadoso mientras trabaja. Como le dijo alguna vez un trailero más veterano, procura que el viaje siempre sea de ida y vuelta, para lo cual extrema precauciones cuando maneja. Generalmente lleva material peligroso, lo que hace imposible llevar a su familia con él.
Pero hasta ahora, nunca ha tenido un accidente, y siempre regresa sano y salvo a casa.
"Cuando regresamos a nuestra casa, les damos mucho amor y les decimos que nos ausentamos porque buscamos darles una mejor vida. Siempre buscamos llevarlos a comer, a pasear, para compensarlos".
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Luego de más de tres décadas de viajes, las ausencias siguen calando hondo, porque no fueron sólo las navidades. También cumpleaños, aniversarios, fiestas familiares, y momentos irrecuperables mientras crecían los niños. Ahora que son mayores, con Paola titulada de Ingeniera y Román estudiando en la universidad, siente que tanto esfuerzo y sacrificio ha valido la pena.
"Mis hijos crecieron solitos, mi esposa Belem se enseñó a hacer todo lo que hacemos los hombres en la casa, pagar recibos, arreglar los detalles de la casa, y mis hijos también, han crecido solos", dice Román y se nota cierta nostalgia en su voz.
Alguna vez estuvo seis meses y 11 días fuera de casa, en el sur del país, moviendo mercancía en esa zona. Es la temporada más larga que estuvo sin ver a su familia.
Pero esta Navidad, Román sólo tiene viajes locales, lo que le permitirá pasar la Navidad con la familia, dedicarles más tiempo, y, sobre todo, disfrutar la compañía del más joven miembro del clan, su nieto Lalito.
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