Sacerdote de Tonalá es acusado de cobrar piso a vendedores; pagan hasta 3 mil pesos
Los vendedores piden ayuda a las autoridades, ya que les parece injusto tener que dar este cobro extra para poder trabajar.
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Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Tonalá / Diana Barajas
Comerciantes de la Plaza Lomas del Camichin en Tonalá, ubicada a un costado de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, acusan al párroco de este templo de exigir un cobro de mil pesos para dejarlos instalarse en este espacio público durante las fiestas patronales, que se llevan a cabo del 2 al 12 de diciembre.
Para los comerciantes este cobro representa una injusticia, porque ya pagan un permiso al ayuntamiento de Tonalá por ser un espacio público, es decir, no pertenece a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
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Vendedores exhiben a párroco
Ernesto Jiménez Rivera tiene más de 30 años vendiendo salchipulpos en el lugar, y comentó, que desde que llegó el padre (hace tres años) la cuota pasó de ser voluntaria a obligatoria.
"No tendría que cobrar ni tiene por qué él hacerse participe de los asuntos del ayuntamiento aquí en la Plaza porque él está quitando personas que no han podido pagar su cuota, le dio el lugar a otras personas que le dieron más dinero", señaló don Ernesto.
Algunos comerciantes han sido retirados por la fuerza si no pueden pagar la cuota impuesta por el padre. Tal es el caso de Alfredo Arana Torres, quien tenía 15 años vendiendo hamburguesas en la plaza.
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"Yo llegué ese día a trabajar y el padre me dijo que ya no tenía lugar y yo pagué un permiso como que no tenía lugar y me dijo, no es que tú tenías que haber pagado tu cooperación y dije pero es cooperación voluntaria y dice no, este lugar ya lo tengo vendido a tres personas".
Alfredo tuvo que ceder a pagar 3 mil pesos para recuperar su lugar, pues de acuerdo con el párroco, su negocio abarcaba tres espacios, incluso le entregaron un comprobante de su pago.
Ernesto Jiménez agregó, que la imposición de pagar la cuota del padre ha generado competencia y fricciones entre los comerciantes.
"No es un actuar de un religioso en principio, por la forma en que lo hace porque amenaza, es autoritario y déspota el señor, igual las secretarias, sus secretarias están igualitas los dos y se me hace muy injusto que una persona que debería traer armonía entre la comunidad esté empezando a hacer que nos peleemos entre compañeros porque quita a unas personas que tienen años pagando su lugar y pone a otras con la preferencia de que dan más dinero y esto pone conflicto entre nosotros mismos como compañeros".
El Arzobispado de Guadalajara refirió para Telediario, que no estaban enterados de la situación y exhortaron a los comerciantes a denunciar el hecho de manera formal, ante el Vicario General de la Diócesis, Jesús García Zamora.
MRG
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