Parroquia de San José Iturbide, monumento neoclásico más importante del país
Este recinto data desde los primeros años de vida del municipio, pues luego de que la ciudad fuera fundada el 5 de febrero de 1754
Desde 1866 y hasta el día de hoy, la Parroquia de San José Iturbide ha sido el orgullo de los locales, no solo por su belleza sino también por su historia que la han convertido, en palabras de Miguel Ferro Herrera, Cronista del municipio, en una de las últimas construcciones neoclásicas más importantes del país.
Dedicado al Señor de San José, este recinto data desde los primeros años de vida del municipio, pues luego de que la ciudad fuera fundada el 5 de febrero de 1754, la primera (y pequeña) versión de la parroquia también vio la luz.
“En el lugar donde está hoy la iglesia parroquial se erige una pequeña capilla, una capilla que va a perdurar cerca de cien años y que era muy pequeña, y que es precisamente la necesidad de un nuevo inmueble religioso para la población lo que genera la construcción de un nuevo templo”, explicó.
No obstante, para el año 1866, aquel pequeño templo fue derrumbado, dando paso a la construcción de la parroquia que se conoce hoy en día; aunque, para que ello fuera posible, fue necesario que el proceso de construcción atravesara dos principales etapas.
La primera de ellas abarcó desde 1866 hasta 1875, donde gracias al párroco Domingo Rodríguez Navarro fueron levantados los primeros muros de la nave principal; mientras que en la segunda, luego de que lo sucediera el presbítero Nicolás Campa, el proyecto fue replanteado, buscando a su vez otorgar a la parroquia una calidad arquitectónica excepcional.
“En 1878 y 1879 se elabora un nuevo proyecto que incluye la fachada y la cúpula, diseñada por el ingeniero Ramón Rodríguez y Arangoiti”, agregó.
Justamente, este objetivo fue alcanzado gracias al arquitecto Ramón Rodríguez y Arangoiti, quien haber tenido la oportunidad estudiar en el extranjero, e incluso de viajar de viajar por Grecia y París, plasmó en la parroquia algunos de los estilos arquitectónicos de estos países.
Aunque, si bien Arangoiti participó en la construcción de muchos otros monumentos, de los cuales algunos se sitúan en el estado de Toluca, la Parroquia de San José Iturbide es sin duda una de sus obras más destacadas.
La segunda etapa de construcción del templo finalizó en el año 1890, gracias principalmente a las aportaciones de los fieles; no solo económicas, sino también de materiales de construcción. Así mismo, se presentaron algunas otras donaciones, como la realizada por Vicente Barreneche, que constó de un reloj que hasta el día de hoy se encuentra colocado en el exterior del templo.
“Este inmueble es algo icónico. Primero es el orgullo de todo iturbidense, es un inmueble que lo vemos reproducido en la cerámica, en las playeras, en las calcas...”, refirió.
En este sentido, y a pesar de los años, la Parroquia de San José Iturbide no sólo se ha ganado la admiración de los turistas, sino que incluso los locales se sienten tan orgullosos de ella, que es lo primero que muestran a aquellos que los visitan.
SEMY
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