Dónde se ubica Boca de Pascuales, lugar de origen de Alan Cleland, figura en Juegos Olímpicos
Nació en Boca de Pascuales, un pueblo costero de 115 habitantes cuyas olas son feroces y entrenaron a uno de los héroes inesperados de México en los Juegos Olímpicos
En un pequeño pueblo costero de 115 habitantes emergió una de las máximas sensaciones de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos: Alan Cleland Quiñonez.
Se trata de Boca de Pascuales, una comunidad ubicada a 12 kilómetros de Tecomán, Colima. Con apenas una calle principal, este pueblo es conocido entre el nicho surfista por sus potentes olas capaces de romper cualquier tipo de tabla; sin embargo, el mundo lo buscó en el mapa gracias al desempeño de un joven que nació en 2002 y que, impulsado por el destino y su padre, aprendió entre el peligroso mar a surfear antes que a caminar.
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¿Cómo es Boca de Pascuales, lugar de origen de Alan Cleland?
La comunidad es muy pequeña, apenas unas ocho cuadras. A varias decenas de kilómetros no hay nada a su alrededor, solo miles de palmas, playas con oleaje fuerte y el río Armería.
El surf se practica por la mañana, cuando la entrada del aire del Océano Pacífico entra de lleno a la costa y se hacen olas de entre 5 y 9 metros, ideales para la práctica del deporte extremo, pero no recomendado para los bañistas visitantes debido a su ferocidad y las corrientes de retorno.
Erick Ung, amigo y surfista, conoció a Alan desde sus primeros días de vida. La primera vez que lo vio fue de la forma más inverosímil: arriba de una tabla acompañado por Alan Cleland Sr.
“Lo conozco desde que era bebé. Cuando lo conocí, fui a visitar a su padre a su casa, me dijeron: ‘está en la playa’; como acababa de nacer, me imaginé que lo tenía en brazos a la orilla, pero no, lo tenía surfeando, primero aprendió a surfear y después a caminar. Fue divertido y admirable, porque era un bebé con sus flotadores y chaleco y ya estaba dominando las olas”.
La gente describe a Cleland como alguien humilde y educado, y aunque se convirtió en una referencia del surf cuando ganó la Copa Mundial en El Salvador en 2023, su actitud sigue siendo la misma, la de alguien que motiva a sus amigos a mejorar en el agua.
“Es humilde y educado, es un profesional en toda la palabra. Es amable con la gente, respetuoso en el agua. Existe algo que se llama localismo, si alguien llega de fuera son celosos con la ola, pero Alan es amable y saluda a todos. Nos motiva mucho para surfear para atrapar las olas más duras, siempre recibe con calidez”.
El 2019 fue un año difícil para Alan debido a la muerte de su madre, sin embargo, a nivel profesional se fortaleció y se aplicó para cimentar sus máximos logros.
“Nos sentimos muy orgullosos, es la referencia del pueblo, es un ejemplo a seguir y siempre ha sido muy disciplinado. Ha luchado en contra de todo, como ves es un pueblo pequeño y tenemos algunas carencias, pero siempre ha tenido ganas y sale ante todas las dificultades”.
En la entrada de la comunidad se encuentran las letras turísticas gigantes que dicen “Pascuales”, además de la playa, eran los principales atractivos del lugar, pero desde esta semana, una casa con fachada blanca, precisamente a un costado de esas letras, se integrará a la lista. Es el hogar de Alan.
Sus conocidos saben que la vida de Cleland cambiará para siempre, pero también la del pueblo, pues con su demostración en las olas de Tehaupo’o, en Tahití, sede de París 2024, el mundo volteó y buscó dónde es ese lugar en el que surgió el chico rubio que unió a México.
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“Estamos muy orgullosos de él, es nuestro ídolo y héroe. En la historia del surf mexicano está cosechando triunfos que jamás se habían conseguido. Seguirá haciendo historia. Tiene los pies en la tierra, no se le va a subir nada, seguirá siendo la misma persona. Su participación en Juegos Olímpicos va a ayudar bastante a la gente de Pascuales, a que nos visite más gente, porque vivimos del turismo aquí, esta playa tendrá más visitantes gracias a Alan”, señaló Erick.
Es así como en medio de la nada, pero con años de entrenamiento y esfuerzo, el chico que recorría las calles aventando cohetitos y con una tabla de surf pegada a la espalda se convirtió en el héroe de un pueblo, una ciudad y de todo un país.
IZN
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