Quién era Black Terry, el legendario luchador, incómodo rival y mejor maestro

La lucha libre mexicana sufrió una gran pérdida, pues este 20 de abril se dio a conocer el fallecimiento de Black Terry, a quien se recordará por haber sido un gladiador de mil batallas, el hombre que convirtió la técnica en un arte y la rudeza en poesía.

Black Terry murió como vivió, con dignidad y sin reflectores, pero con el respeto intacto de todos aquellos que saben lo que significa ser una leyenda como lo fue él.

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​Nunca tuvo que gritar para hacerse notar, ni tampoco necesitó de escándalos o de cintillos dorados, su voz se encontraba en sus llaves, en sus silencios, en la mirada con la que le decía a sus rivales: “Esto es lucha libre, y aquí mando yo”.

Hoy, su cuerpo se ha apagado, pero su nombre, aquel que se gritó con respeto en la Arena Naucalpan, en la López Mateos y en cada rincón del circuito independiente, se quedará por siempre.

¿Quién fue Black Terry?

Black Terry no solo fue un gran luchador, también fue un rival incómodo, un maestro temido y un símbolo de resistencia, por lo que su historia no puede contarse sin mencionar a aquellas personas que lo hicieron más fuerte, más feroz y más eterno.

Negro Navarro: el rival que lo igualó

Con el Negro Navarro, Black Terry tuvo una química tanto brutal como hermosa; estos no se odiaban, sino que se retaban, se arrancaban la piel sin perder el respeto.

Sus combates estaban llenos de llaveo, contrallaveo y largos silencios arriba del ring, esto en un diálogo entre sabios que solamente los verdaderos aficionados eran capaces de entender.

Cada enfrentamiento entre ellos era como ver a dos samuráis cruzando espadas con honor, sabiendo que en cada uno de sus movimientos se jugaba algo más que una caída, en estos se jugaba el legado.

El Hijo del Diablo: la rudeza sin tregua

Otro de sus más grandes rivales, el Hijo del Diablo, con quien la historia era muy diferente, pues en ésta no había respeto, únicamente guerra. Había sangre, había furia. En estos combates, Terry se transformaba en una bestia que podía con todo y contra todo, y si no podía, fingía que sí, porque rendirse no estaba en su vocabulario.

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Los enfrentamientos entre ambos luchadores eran de puro colmillo, puro barrio, pura lona caliente; si existiera una definición de lo que es la lucha libre cruda, esta rivalidad lo sería.

Su hijo: el fiel reflejo

Quizá el rival más simbólico para Black Terry fue su propio hijo, Guerrero Maya Jr., quien también ocupó el nombre de Terry Jr.

Enfrentarlo en el ring no fue un acto de desprecio, sino que se trató del gesto más profundo de enseñanza, pues con su combate le dijo: “Si quieres ser leyenda, primero me tienes que tumbar a mí”.

Terry no le regaló nada a su hijo, pues él sabía que un legado así no se hereda, se tiene que ganar.

Un último round

Hoy, Black Terry ya no está en este plano, pero decir que murió es únicamente una formalidad, pues en la lucha libre hay nombres que no se apagan nunca, que se mantienen vivos en las crónicas, en las grabaciones caseras, en los aplausos sinceros, en la cicatrices de quienes los enfrentaron.

Hoy murió un hombre, pero el luchador es inmortal, y entre tanto ruido falso que existe en los cuadriláteros, su silencio se volverá más fuerte que nunca.

DR

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