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Antártica argentina aislada y segura sin casos de Covid-19

Los argentinos que viven en las 13 bases del país en la Antártica -de las cuales seis son permanentes y el resto están operativas sólo en verano- dicen sentirse seguros, siguen compartiendo el mate, la infusión típica del Río de la Plata, y se sienta

Editorial Telediario Nacional /

BUENOS AIRES. — En momentos en que los contagios de COVID-19 aumentan en Argentina y los fallecidos son más de 20 mil, los científicos y militares que viven en las bases del país en la Antártica se sienten seguros y afortunados en el único continente sin casos reportados.

Más de 765 mil personas se han contagiado desde que la pandemia del nuevo coronavirus impactó en marzo en Argentina, lo que la ubica como el octavo país del mundo con mayor cantidad de casos según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad John Hopkins. En tanto, cerca de 20 mil 300 ciudadanos fallecieron de COVID-19.

Pero los argentinos que viven en las 13 bases del país en la Antártica -de las cuales seis son permanentes y el resto están operativas sólo en verano- dicen sentirse seguros, siguen compartiendo el mate, la infusión típica del Río de la Plata, y se sientan juntos a la mesa a comer. Y apenas usan barbijo.

“Los momentos en que la dotación está toda junta son los de desayuno, almuerzo y cena y en el tiempo libre se comparte una película, se toman unos mates, estamos mucho tiempo juntos y compartimos mucho”, dijo a The Associated Press el capitán del Ejército Nicolás Barrios desde la Base Belgrano II que dirige.

Barrios dijo sentirse afortunado de hacer una vida normal y admitió que ante el próximo relevo de la dotación integrada por 22 personas “cada uno va pensando cómo hará su vida cuando salgamos de la base y cómo será el proceso de vuelta a la vida cotidiana en el continente”.

Señaló que no es común el uso de mascarilla, excepto para ciertas tareas laborales. “Si es necesario tendremos que confeccionar, tenemos una máquina de coser”, indicó.

Los habitantes de esa y las otras bases están muy pendientes de sus seres queridos en la Argentina continental, se comunican con ellos y siguen la evolución del país en las redes sociales.

“Nos transmite tranquilidad hablarles”, afirmó Barrios.

Familiares de dos miembros de la base Belgrano II sufrieron COVID-19 pero se han recuperado.

Mientras la desazón se propaga en Argentina y otros países por el avance del coronavirus, esa y otras bases proseguirán los trabajos que se realizan en esta época del año, aunque implementarán medidas sanitarias si así lo ordenan sus superiores.

“Mantenemos apoyo a la actividad científica que se está desarrollando con total normalidad, como las actividades de mantenimiento de la base”, dijo Barrios.

La base Belgrano II está situada al sur de las bases Marambio y Esperanza -también argentinas- cerca del Polo Sur en el continente antártico y sus miembros no tienen contacto con nadie durante el año.

En el conjunto de las bases está contemplado un protocolo de evacuación al continente ante la aparición de casos positivos y además cuentan con médicos y respiradores.

“El protocolo es la evacuación inmediata, incluidos los contactos estrechos. Para ello vamos a tener en la campaña de verano tres barcos navegando en la zona norte de la península (antártica), cuatro helicópteros y un (avión) Hércules”, dijo el Comandante Conjunto Antártico, coronel Edgard Calandín, desde su oficina en Buenos Aires.

Para la campaña del verano austral que comenzará en noviembre, el personal militar y científico que se trasladará a la Antártica se reducirá a 400 personas de las 2 mil que suele haber en un año normal.

Todas respetarán un estricto protocolo de cuarentena y serán sometidas a pruebas PCR antes y después de su aislamiento en la base militar de Campo de Mayo, en Buenos Aires.

“El continente (antártico) está limpio, sano y tenemos una responsabilidad y estamos adoptando previsiones oportunas para continuar con esta situación", afirmó Calandín.

Según explicó, el objetivo es realizar tareas esenciales como el relevo de dotaciones, el reabastecimiento de las bases y el mantenimiento de aquellas disciplinas científicas que no conviene detener por lo compromisos internacionales asumidos.

cog

BUENOS AIRES. — En momentos en que los contagios de COVID-19 aumentan en Argentina y los fallecidos son más de 20 mil, los científicos y militares que viven en las bases del país en la Antártica se sienten seguros y afortunados en el único continente sin casos reportados.

Más de 765 mil personas se han contagiado desde que la pandemia del nuevo coronavirus impactó en marzo en Argentina, lo que la ubica como el octavo país del mundo con mayor cantidad de casos según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad John Hopkins. En tanto, cerca de 20 mil 300 ciudadanos fallecieron de COVID-19.

Pero los argentinos que viven en las 13 bases del país en la Antártica -de las cuales seis son permanentes y el resto están operativas sólo en verano- dicen sentirse seguros, siguen compartiendo el mate, la infusión típica del Río de la Plata, y se sientan juntos a la mesa a comer. Y apenas usan barbijo.

“Los momentos en que la dotación está toda junta son los de desayuno, almuerzo y cena y en el tiempo libre se comparte una película, se toman unos mates, estamos mucho tiempo juntos y compartimos mucho”, dijo a The Associated Press el capitán del Ejército Nicolás Barrios desde la Base Belgrano II que dirige.

Barrios dijo sentirse afortunado de hacer una vida normal y admitió que ante el próximo relevo de la dotación integrada por 22 personas “cada uno va pensando cómo hará su vida cuando salgamos de la base y cómo será el proceso de vuelta a la vida cotidiana en el continente”.

Señaló que no es común el uso de mascarilla, excepto para ciertas tareas laborales. “Si es necesario tendremos que confeccionar, tenemos una máquina de coser”, indicó.

Los habitantes de esa y las otras bases están muy pendientes de sus seres queridos en la Argentina continental, se comunican con ellos y siguen la evolución del país en las redes sociales.

“Nos transmite tranquilidad hablarles”, afirmó Barrios.

Familiares de dos miembros de la base Belgrano II sufrieron COVID-19 pero se han recuperado.

Mientras la desazón se propaga en Argentina y otros países por el avance del coronavirus, esa y otras bases proseguirán los trabajos que se realizan en esta época del año, aunque implementarán medidas sanitarias si así lo ordenan sus superiores.

“Mantenemos apoyo a la actividad científica que se está desarrollando con total normalidad, como las actividades de mantenimiento de la base”, dijo Barrios.

La base Belgrano II está situada al sur de las bases Marambio y Esperanza -también argentinas- cerca del Polo Sur en el continente antártico y sus miembros no tienen contacto con nadie durante el año.

En el conjunto de las bases está contemplado un protocolo de evacuación al continente ante la aparición de casos positivos y además cuentan con médicos y respiradores.

“El protocolo es la evacuación inmediata, incluidos los contactos estrechos. Para ello vamos a tener en la campaña de verano tres barcos navegando en la zona norte de la península (antártica), cuatro helicópteros y un (avión) Hércules”, dijo el Comandante Conjunto Antártico, coronel Edgard Calandín, desde su oficina en Buenos Aires.

Para la campaña del verano austral que comenzará en noviembre, el personal militar y científico que se trasladará a la Antártica se reducirá a 400 personas de las 2 mil que suele haber en un año normal.

Todas respetarán un estricto protocolo de cuarentena y serán sometidas a pruebas PCR antes y después de su aislamiento en la base militar de Campo de Mayo, en Buenos Aires.

“El continente (antártico) está limpio, sano y tenemos una responsabilidad y estamos adoptando previsiones oportunas para continuar con esta situación", afirmó Calandín.

Según explicó, el objetivo es realizar tareas esenciales como el relevo de dotaciones, el reabastecimiento de las bases y el mantenimiento de aquellas disciplinas científicas que no conviene detener por lo compromisos internacionales asumidos.

 

 

 

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BUENOS AIRES. — En momentos en que los contagios de COVID-19 aumentan en Argentina y los fallecidos son más de 20 mil, los científicos y militares que viven en las bases del país en la Antártica se sienten seguros y afortunados en el único continente sin casos reportados.

Más de 765 mil personas se han contagiado desde que la pandemia del nuevo coronavirus impactó en marzo en Argentina, lo que la ubica como el octavo país del mundo con mayor cantidad de casos según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad John Hopkins. En tanto, cerca de 20 mil 300 ciudadanos fallecieron de COVID-19.

Pero los argentinos que viven en las 13 bases del país en la Antártica -de las cuales seis son permanentes y el resto están operativas sólo en verano- dicen sentirse seguros, siguen compartiendo el mate, la infusión típica del Río de la Plata, y se sientan juntos a la mesa a comer. Y apenas usan barbijo.

“Los momentos en que la dotación está toda junta son los de desayuno, almuerzo y cena y en el tiempo libre se comparte una película, se toman unos mates, estamos mucho tiempo juntos y compartimos mucho”, dijo a The Associated Press el capitán del Ejército Nicolás Barrios desde la Base Belgrano II que dirige.

Barrios dijo sentirse afortunado de hacer una vida normal y admitió que ante el próximo relevo de la dotación integrada por 22 personas “cada uno va pensando cómo hará su vida cuando salgamos de la base y cómo será el proceso de vuelta a la vida cotidiana en el continente”.

Señaló que no es común el uso de mascarilla, excepto para ciertas tareas laborales. “Si es necesario tendremos que confeccionar, tenemos una máquina de coser”, indicó.

Los habitantes de esa y las otras bases están muy pendientes de sus seres queridos en la Argentina continental, se comunican con ellos y siguen la evolución del país en las redes sociales.

“Nos transmite tranquilidad hablarles”, afirmó Barrios.

Familiares de dos miembros de la base Belgrano II sufrieron COVID-19 pero se han recuperado.

Mientras la desazón se propaga en Argentina y otros países por el avance del coronavirus, esa y otras bases proseguirán los trabajos que se realizan en esta época del año, aunque implementarán medidas sanitarias si así lo ordenan sus superiores.

“Mantenemos apoyo a la actividad científica que se está desarrollando con total normalidad, como las actividades de mantenimiento de la base”, dijo Barrios.

La base Belgrano II está situada al sur de las bases Marambio y Esperanza -también argentinas- cerca del Polo Sur en el continente antártico y sus miembros no tienen contacto con nadie durante el año.

En el conjunto de las bases está contemplado un protocolo de evacuación al continente ante la aparición de casos positivos y además cuentan con médicos y respiradores.

“El protocolo es la evacuación inmediata, incluidos los contactos estrechos. Para ello vamos a tener en la campaña de verano tres barcos navegando en la zona norte de la península (antártica), cuatro helicópteros y un (avión) Hércules”, dijo el Comandante Conjunto Antártico, coronel Edgard Calandín, desde su oficina en Buenos Aires.

Para la campaña del verano austral que comenzará en noviembre, el personal militar y científico que se trasladará a la Antártica se reducirá a 400 personas de las 2 mil que suele haber en un año normal.

Todas respetarán un estricto protocolo de cuarentena y serán sometidas a pruebas PCR antes y después de su aislamiento en la base militar de Campo de Mayo, en Buenos Aires.

“El continente (antártico) está limpio, sano y tenemos una responsabilidad y estamos adoptando previsiones oportunas para continuar con esta situación", afirmó Calandín.

Según explicó, el objetivo es realizar tareas esenciales como el relevo de dotaciones, el reabastecimiento de las bases y el mantenimiento de aquellas disciplinas científicas que no conviene detener por lo compromisos internacionales asumidos.

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