Cuba: sí, al libre mercado; adiós a la línea comunista
La reforma admite la riqueza individual y una eventual división de poderes.
La Asamblea Nacional (AN) continuará discutiendo este domingo un proyecto de reforma constitucional total, cuyas novedades abarcan desde admitir en Cuba “el enriquecimiento individual por vías lícitas”, así como la propiedad privada, hasta la unión consensuada “entre personas” (no define sexo), abriendo las puertas al matrimonio gay. Luego de tres días de debate en comisiones y ayer en la plenaria —transmitida íntegramente en vivo por la televisión pública, otra novedad—, los diputados coincidieron en mantener el sistema de partido único y el concepto de “estado socialista de derecho”, eliminando sin embargo la mención de que el país avanzará “hacia la sociedad comunista”, establecida en la Constitución vigente desde 1976, cuando la isla estaba bajo la influencia de la entonces Unión Soviética. Entre las 113 modificaciones a los 137 artículos, el proyecto en discusión ratifica a la empresa estatal como “el sujeto principal de la economía”, pero admite la riqueza individual a partir de negocios privados o cooperativos, al tiempo que “regula la concentración de la propiedad”, por lo cual cada cubano podría ser dueño de solo un negocio privado, con independencia de las ganancias que logre. Se reconoce el libre mercado, se avala la pertinencia de la inversión extranjera, así como la asociación entre entidades foráneas y estatales, y se abre otra puerta para que a esas empresas mixtas pueda asociarse capital nacional privado. Los mayores debates entre los legisladores se registraron en el reconocimiento de la propiedad privada y la acumulación individual de riquezas, en un país que desde la proclamación del socialismo en 1961 eliminó prácticamente los negocios particulares. Los cambios incluyen la reformulación del cargo de presidente de la República, que pondría en manos del próximo mandatario todo el poder del Estado y del gobierno, a partir del sistema electoral vigente. Fijan en un mínimo de 35 años, y en un máximo 60, la edad requerida para ocupar ese alto cargo en un primer mandato de cinco años, prorrogable a otros cinco. También establece que cumplido el segundo mandato no se permitirá otra nominación. Subordinado al presidente de la República se creará la figura de primer ministro y la titularidad de la Asamblea Nacional estará a cargo de una tercera persona, con lo cual desparecerá el mando único ejercido primero por Fidel Castro, después por su hermano Raúl hasta abril pasado y, desde entonces, por Miguel Díaz-Canel. Tras el debate parlamentario se iniciará un proceso similar por los barrios y luego el proyecto será sometido a referendo.
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