Presidente cubano apoyará ‘en todo lo posible’ a AMLO
El mandatario Miguel Díaz-Canel dijo que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador balancea la correlación de fuerzas en América Latina y el Caribe.
MÉXICO.- El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, afirmó en La Habana que su gobierno está dispuesto a dar “todo el apoyo posible” a la próxima administración de Andrés Manuel López Obrador quien ,dijo, “representa una esperanza no sólo para México”, sino para todo el continente americano.
Asimismo descartó la posibilidad de un diálogo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mientras Washington, dijo, “mantenga las inaceptables medidas” adoptadas contra el acercamiento iniciado en 2014 por los entonces mandatarios Barack Obama y Raúl Castro.
Díaz-Canel enumeró las acciones emprendidas en ese sentido por Trump, que han llevado las relaciones entre los dos gobiernos a su punto más bajo, y afirmó que ellas responden a “compromisos políticos contraídos con la mafia cubano-americana de Miami”.
A pregunta de Telesur acerca de si su gobierno había pedido “ayuda a Rusia” para realizar los alegados ataques sónicos contra diplomáticos estadunidenses en la isla, el gobernante respondió: “Tenemos mucha ética para pedir a nadie que ataque a otros. Cuba no ataca. Cuba defiende. Cuba es solidaria”.
Dijo además que su administración está dispuesta a proseguir sus gestiones como garante de las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y el insurgente Ejército de Liberación Nacional, como antes hizo con las ya desactivadas guerrillas de las FARC, si esa es la voluntad de las dos partes.
En cuanto a Venezuela reiteró su respaldo al mandatario Nicolás Maduro ante lo que consideró “una ofensiva de la oligarquía y el gobierno de EU” y su mostró optimista en cuanto a un resurgir de gobiernos de izquierda en la región, pese a reconocer el avance en curso de la derecha.
Interrogado sobre algunos de los temas polémicos del debate constitucional en curso en la isla, se pronunció a favor del matrimonio igualitario, pese al rechazo de la Iglesia católica y varias denominaciones evangélicas, así como de algunos sectores de la población.
El presidente dijo que no pretendía influir en nadie –el proceso de discusión proseguirá hasta noviembre por barrios, empresas y universidades- y que aceptaría “la posición que adoptará el pueblo”, pero que su criterio era a favor de “no dejar espacio a ningún tipo de discriminación”.
ilp
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