'Quitadnos la rodilla del cuello', exige un activista en el funeral de George Floyd
Los homenajes a Floyd en Minneapolis, donde fue asesinado, así como en el distrito de Brooklyn de la ciudad de Nueva York, un importante foco de conflicto en las protestas provocadas por su muerte, se producían mientras los manifestantes volvían a la
MINNEAPOLIS. - El reverendo Al Sharpton, un destacado activista por los derechos civiles, dijo el jueves durante el funeral de George Floyd que el fatal encuentro del afroamericano con la policía de Minneapolis y las protestas desatadas por el incidente en todo Estados Unidos son un recordatorio para que el país resuelva sus cuentas pendientes con el racismo y la justicia.
"Quitadnos la rodilla del cuello", exigió durante una ceremonia al que asistieron centenares de personas en la ciudad donde Floyd murió asfixiado por la rodilla de un policía durante su detención.
Los homenajes a Floyd en Minneapolis, donde fue asesinado el 25 de mayo, así como en el distrito de Brooklyn de la ciudad de Nueva York, un importante foco de conflicto en las protestas provocadas por su muerte, se producían mientras los manifestantes volvían a las calles de varias ciudades de EEUU por décimo día consecutivo, incluyendo Atlanta, Washington D.C., Denver, Detroit y Los Ángeles.
Las manifestaciones, aunque en ocasiones bulliciosas, transcurrieron con orden en su mayor parte, en contraste con varias noches anteriores en las que se produjeron de forma esporádica incendios, saqueos y enfrentamientos entre los manifestantes y la policía.
Este cambio en los ánimos refleja la determinación expresada por muchos manifestantes y organizadores en los últimos días de transformar la indignación por la muerte de Floyd en un renovado movimiento por los derechos civiles que busque reformas en el sistema de justicia penal de los Estados Unidos.
"Este es un momento trascendental, algún día tendré un hijo y él o ella me preguntarán qué hice durante el levantamiento de 2020, durante la primavera americana", dijo Nana Mensah, una escritora de 30 años de Brooklyn.
Mensah sostenía una pancarta en la que se podía leer: "tienes suerte de que sólo queramos igualdad y no venganza".
El jueves, en la capital de la nación, cientos, si no miles de personas se reunieron para una manifestación en el Monumento a Abraham Lincoln, muchos sentados en el suelo escuchando a los oradores y cantando "Di su nombre: George Floyd" antes de que una tormenta dispersara a la multitud.
Un grupo separado de manifestantes se congregó cerca de la Casa Blanca, donde se vieron a trabajadores de la construcción levantando nuevas barreras de hormigón y vallas alrededor de la residencia presidencial.
Al pronunciar el panegírico en un servicio conmemorativo dentro de una capilla universitaria en Minneapolis, Sharpton dijo que el destino de Floyd -morir a manos de la policía, clavado en el suelo por la rodilla de un agente de policía blanco- simboliza una experiencia universal de brutalidad policial para los afroamericanos.
"George Floyd no debería estar entre los fallecidos. No murió por una enfermedad común. Murió por un mal funcionamiento común de la justicia penal estadounidense", dijo Sharpton. "Es hora de que nos levantemos en nombre de George y digamos: 'quitadnos la rodilla del cuello'".
Sharpton guió a los dolientes durante ocho minutos y 46 segundos de silencio, el tiempo que Floyd yació en una calle de Minneapolis bajo la presión de una rodilla en su cuello.
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MINNEAPOLIS. - El reverendo Al Sharpton, un destacado activista por los derechos civiles, dijo el jueves durante el funeral de George Floyd que el fatal encuentro del afroamericano con la policía de Minneapolis y las protestas desatadas por el incidente en todo Estados Unidos son un recordatorio para que el país resuelva sus cuentas pendientes con el racismo y la justicia.
"Quitadnos la rodilla del cuello", exigió durante una ceremonia al que asistieron centenares de personas en la ciudad donde Floyd murió asfixiado por la rodilla de un policía durante su detención.
Los homenajes a Floyd en Minneapolis, donde fue asesinado el 25 de mayo, así como en el distrito de Brooklyn de la ciudad de Nueva York, un importante foco de conflicto en las protestas provocadas por su muerte, se producían mientras los manifestantes volvían a las calles de varias ciudades de EEUU por décimo día consecutivo, incluyendo Atlanta, Washington D.C., Denver, Detroit y Los Ángeles.
Las manifestaciones, aunque en ocasiones bulliciosas, transcurrieron con orden en su mayor parte, en contraste con varias noches anteriores en las que se produjeron de forma esporádica incendios, saqueos y enfrentamientos entre los manifestantes y la policía.
Este cambio en los ánimos refleja la determinación expresada por muchos manifestantes y organizadores en los últimos días de transformar la indignación por la muerte de Floyd en un renovado movimiento por los derechos civiles que busque reformas en el sistema de justicia penal de los Estados Unidos.
"Este es un momento trascendental, algún día tendré un hijo y él o ella me preguntarán qué hice durante el levantamiento de 2020, durante la primavera americana", dijo Nana Mensah, una escritora de 30 años de Brooklyn.
Mensah sostenía una pancarta en la que se podía leer: "tienes suerte de que sólo queramos igualdad y no venganza".
El jueves, en la capital de la nación, cientos, si no miles de personas se reunieron para una manifestación en el Monumento a Abraham Lincoln, muchos sentados en el suelo escuchando a los oradores y cantando "Di su nombre: George Floyd" antes de que una tormenta dispersara a la multitud.
Un grupo separado de manifestantes se congregó cerca de la Casa Blanca, donde se vieron a trabajadores de la construcción levantando nuevas barreras de hormigón y vallas alrededor de la residencia presidencial.
Al pronunciar el panegírico en un servicio conmemorativo dentro de una capilla universitaria en Minneapolis, Sharpton dijo que el destino de Floyd -morir a manos de la policía, clavado en el suelo por la rodilla de un agente de policía blanco- simboliza una experiencia universal de brutalidad policial para los afroamericanos.
"George Floyd no debería estar entre los fallecidos. No murió por una enfermedad común. Murió por un mal funcionamiento común de la justicia penal estadounidense", dijo Sharpton. "Es hora de que nos levantemos en nombre de George y digamos: 'quitadnos la rodilla del cuello'".
Sharpton guió a los dolientes durante ocho minutos y 46 segundos de silencio, el tiempo que Floyd yació en una calle de Minneapolis bajo la presión de una rodilla en su cuello.
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