"200 pesos para mí es un gran día", bolero de La Laguna lamenta baja demanda por la pandemia
Eleazar aprendió a bolear a los 11 años para ganarse la vida y a pesar de padecer diabetes, además de un problema neuronal, no no deja que nada lo detenga.
La Laguna.- Eleazar es un hombre con 63 años de edad, aprendió a bolear zapatos a los 11 años para ganarse la vida y ayudar a su madre, vive solo, padece diabetes, además de un problema neuronal, pero no deja que nada lo detenga y sigue trabajando para tener para mantenerse y comprar su medicamento.
"Vivo boleando zapatos de esquina a esquina, hay ocasiones que no hay jale y me llevo sólo 20 pesos, hay días en que no hay nada, a veces 60 otros 100. Ayer gané 220 pesos, fue un día bueno para mí", dijo.
En 2017 fue diagnosticado con diabetes, lo que ha dificultado cada vez más su labor y para sentirse mejor pide pastillas en el dispensario de la iglesia o las compra con lo poco que gana, pues señala que si no toma sus pastillas se muere.
Eleazar Sánchez Rodríguez, es un gomezpalatino como muchos, tuvo pocas oportunidades de estudiar, llegando sólo a cuarto año de primaria ya que su familia no contaba con recursos económicos, nació en 1957 y toda su vida ha vivido en la colonia José Campillo Sáenz.
"La pobreza de mi santa madre que tenía ganas de un café o un cigarro fue lo que me motivó para empezar a bolear zapatos", reveló.
Don Eleazar comentó que en sus inicios en 1968, estaban en su auge los carros para bolear, los cuales solían moverse a diferentes puntos de la ciudad en busca de clientes, con el paso del tiempo esta dinámica cambió y ahora él se sigue moviendo, pero ahora a pie.
"En 2006 llegue a ganar hasta 300 pesos al día y era un presupuesto bueno, ganaba 2100 pesos a la semana y llego el 2020 y ahora son a lo mucho 60 pesos al día con la pandemia."
La pandemia por el covi-19 también ha afectado el trabajo de los boleros, ya que con el cierre de empresas su capital de trabajo ha disminuido y cada vez las personas son menos dadas a que les boleen sus zapatos.
Anduvo desde pequeño en los vagones de tren pidiendo comida, llegando incluso hasta Tijuana o Mexicali, pero fue una época difícil ya que, "no hay quien ayude al prójimo con siquiera un taco de comida", recordó.
Una boleada cuesta veinte pesos, pero Don Eleazar asegura que debido a la contingencia sanitaria la gente le regatea para solo pagar quince, e incluso hasta diez pesos, no obstante hay otras personas que llegan hasta darle 100 pesos por su trabajo, a quienes agradece su consideración.
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