Abandonados y en el olvido; así viven indigentes en la CdMx

CIUDAD DE MÉXICO. - Las personas que viven en situación de calle en la Ciudad de México (CdMx), son una expresión de la pobreza extrema, en la cual la mayoría de estos seres vive en el mundo de las drogas.

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Estas son las historias de quiénes han hecho de la calle su hogar y de los solventes, el alcohol, la marihuana, incluso del cristal su nuevo refugio o escapatoria de la realidad.

Don Miguel es un adulto que principalmente vive en el alcoholismo, que lo dejó sin familia, sin hogar, ha buscado ayuda, pero recae nuevamente y de su familia no sabe nada.

Vive en la calle desde hace 13 años, desde los 5 años empezó a tomar bebidas embriagantes, lo ha intentado dejar, pero lo máximo que pudo dejarlo fue durante un año.

Mauricio está en las calles desde los 5 años de edad actualmente tiene 23. Entre cobijas junto a un altar de la santa muerte y lo que parecen ser cigarros de marihuana considera que es su hogar.

Un solvente tiene un costo desde los $20 pesos

Mauricio se salió de su casa por problemas familiares. A los 9 años comenzó su adicción con solventes y el alcohol, se gana algunas monedas vendiendo paletas en parques, dinero que utiliza para comprar el activo y un poco de estopa, que tiene un valor de 20 pesos aproximado.

De acuerdo a la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso), en la Ciudad de México hay un total de 6,754 personas en situación de calle de las cuáles 9.93% son mujeres y 90.07 son hombres.

Michelle tienen 25 años, dice que todos los días sufren de rechazo y discriminación de la sociedad.

Algún día le gustaría dejar las calles y las drogas. Para Michelle entrar a esa realidad es fácil pero salir es lo complicado, consume cristal que tiene un valor desde 100 pesos, lo que gana lavando coches.

Su hija nació en una banqueta, fue auxiliada por sus compañeros, después llegó una ambulancia. La calle y las drogas hicieron que no volviera a verla.

Aún que la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso) ayuda a las personas en situación de calle otorgándoles estancias y hogares temporales ellos prefieren no vivir en cuatro paredes, a pesar del riesgo, el frío y el hambre ellos se sienten más cómodos en las calles de la capital del país.

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