Angustia y felicidad

En oficinas, restaurantes y en cualquier lugar en donde se estuviera viendo el juego de la selección de México frente a su similar de Suecia, todo era angustia, preocupación, incredulidad, al ver que a los tricolores nada les salía bien, que tuvieron un penal en contra y por si fuera poco, hubo un autogol.

El tiempo transcurría y la sensación de la eliminación estaba latente, por lo que con el marcador de 3-0 en contra, solamente quedaba rezarle a la selección de Corea, para que hiciera la hombrada, para que acabara con los pronósticos y derrotara o empatara con Alemania.

Al final, en una de las televisoras que transmitieron el partido de México ante Suecia, estaban también narrando lo que sucedía en el de Alemania contra Corea y cuando faltaban menos de cinco minutos, llegó lo que muchos mexicanos esperaban, el gol del equipo asiático, el cual se festejó como si hubiera sido de Carlos Vela, Irving Lozano o del "Chicharito".

Con el resultado de uno a cero, la selección campeona del mundo en ese momento ya estaba eliminada y la de México pasaba a octavos de final. Pero la felicidad aumentó y no se diga los festejos de los mexicanos, al caer el segundo gol de los coreanos, con el cual sellaban su hazaña, la de dejar fuera a los campeones del mundo, en algo que nadie podía creer.

En esas oficinas, restaurantes y demás lugares en donde se observó el partido, al ver que terminaba el de Corea de inmediato vinieron los festejos, al ver que México gracias a sus dos victorias, estaba en octavos de final.

En el Zócalo de la Ciudad de México, en el mismo Angel de la Independencia, los aficionados festejaron con el grito de "Corea hermana, tú eres mexicana", como una forma de agradecerle a ese gran país el haber dejado a Alemania fuera y a México en octavos de final.

Ahora, ya el técnico Juan Carlos Osorio no fue la figura, como tampoco "El Chucky", Vela o el "Chicharito", la gran figura fue el equipo de Corea, tras su victoria ante los teutones, quienes vieron como se acababa su reinado. Ahora lo único que queda es que los jugadores mexicanos sigan dándole en octavos de fina, satisfacciones a millones de mexicanos.

walter.juarez@milenio.com