Apoya INAEBA a habitantes de San Juan de Abajo
Habitantes de San Juan de Abajo empiezan a estudiar la secundaria través de un programa del INAEBA
Las críticas y risas de las demás personas al verla repasar números y palabras de pronto la estremecen. Rosalía tiene 46 años de edad y apenas está empezando a estudiar la secundaria través de un programa del INAEBA, pero sus ganas de superarse son más fuertes que los murmullos de terceros, y así como ella existen 199 vecinos más de la colonia de San Juan de Abajo que también están buscando aprender.
Hombres y mujeres de distintas edades toman la iglesia de esta comunidad como aula de clases, algunos vienen incluso sin desayunar tal vez por falta de tiempo, o de dinero para comprar un bocado, a veces se sienten enfermos, como hoy Rosalía quien sufrió de una hemorragia, pero prefirió no perderse la clase, pues dice, quiere seguir avanzado.
"Pues está bien, para salir adelante pues así uno aprende más cosas y todo, para salir adelante luego se necesita estudiar porque si no se estudia no es nadie", afirmó.
La ausencia de un certificado escolar es el principal factor que obliga a la mayoría a tener que estudiar, y en medio de la dificultad, Rosalía ha aprendido a tomarle cariño a sus materias, en especial a las matemáticas pues dice, los números son sus favoritos. "Pues matemáticas poquito, español de todo, eda, pero más matemáticas", dijo.
En casa la esperan dos hijos, de 8 y 13 años respectivamente, y aunque uno de ellos tuvo que abandonar la secundaria por falta de papeles, ella no pierde la esperanza de poder ayudarlo para que regrese a la escuela, la esperanza es poca, pero las palabras de aliento por parte de su esposo, son las que suman, las que motivan: "nomás por estar jugando conmigo, dice, vas a ser maestra" de tan aplicada que es.
San Juana es otro caso excepcional, ella está por cumplir 50 años de edad y todo pinta para que llegue a su cumpleaños aprendiendo a escribir por primera vez su nombre, hoy fue su primer día.
"Pues ahorita me pusieron ahí para aflojar la mano, ¿y qué le van a enseñar, a leer y a escribir? sí, es lo que quiero para poner mi nombre completo (...) quiero aprender primeramente dios allá arriba y echarle ganas", señaló.
Tímidos llegan y avergonzadas de su edad por querer progresar, eso no debe de frenar sus aspiraciones, Martha Hernández es docente de este programa del INAEBA, y reconoce que así como llegan, hay quienes deciden frenar su estudio, en su mayoría hombres, por comentarios negativos ajenos.
“Pues los hombres son los que declinan un poquito más, pero ellos más bien por la parte de que son más avergonzados de que les digan que si saben o no saben, entonces ellos tienden mucho a no venir a las asesorías o vienen un ratito y piden tarea para llevar a casa, pero si en la mayoría son más hombres que declina, que las mujeres”, dijo.
En este rincón de León, habitan por lo menos 27 mil familias que diariamente inhalan olor a basura, olores fétidos de animales, persiste la ignorancia, el analfabetismo, deserción escolar, drogadicción y pandillerismo, pero es de reconocer que existe una pequeña parte de esta población que aún piensa en tener un mejor mañana a través de la educación.
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