Familias de los Catillos viven en austeridad ante el covid-19
Esto debido a los descansos laborales que han surgido durante la pandemia, así como la falta de abastecimiento de agua en sus casas.
La enfermedad ocasionada por el covid-19 no obedece sexo, nacionalidad o clases sociales, sin embargo, la manera de vivir el periodo de cuarentena sí. Prueba de ello son las familias que habitan la colonia Los Castillos en la ciudad de León.
Quienes además de las dificultades económicas que ha presentado la pandemia, se ven limitados en el acceso agua y medios de sustento para abastecerse en despensa o insumos de salubridad, tal como lo marcan las recomendaciones que muchos de ellos dicen desconocer. “Agua casi siempre tenemos, pero ahorita ha habido un mes en que ha escaseado” platica para Telediario la Señora Lourdes de 63 años de edad, quien vive sola, desempleada y se encuentra en una de las tomas de agua de la colonia, acarreando botes hasta su hogar.
De acuerdo a testimonios de los vecinos, a pesar de no contar con drenaje nunca les había faltado el vital líquido, pero a raíz del inicio de la temporada de calor esta empezó a escasear, llegando a pesar hasta una semana sin dicho servicio. Por su parte, Arturo de 43 años quien se dedica a la construcción, agradece aun tener trabajo ante la crisis ya que de él depende una familia de cinco personas quienes se encuentran resguardadas en casa “Los entretengo un ratito a estudiar y un ratito a ver la televisión, a lavarse las manos y a comer” su situación es incierta ya que su salario es la única fuente de ingresos “ahorita la verdad no nos hemos visto tan afectados, no sé si ya más delante nos suba más, depende la cuarentena lo que se estire” agregó.
También los jóvenes que contribuyen al ingreso familiar se han visto afectados, las ventas de los pequeños negocios han decrecido y no pueden permitirse el lujo de no salir a trabajar con tal de que otros integrantes no se arriesguen “Mis hermanitos están con mi abuela, que se los cuida a mi mama para que no se enfermen” narra Alberto Navarro de 17 años, quien ha visto reducido su salario en la carnicería en la que trabaja.
Papelerías, refaccionarias y todo negocio que no se encuentre ligado al suministro de alimentos se encuentra cerrado, los pocos que laboran como tiendas y tortillerías comentan tener una baja en sus ventas, pocos compran y muchos piden fiado.
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