Durango.-  Por favor me ayuda para mi hemodiálisis, es la frase que reza una hoja de papel a las afueras del domicilio de doña Carmelita, un adulto de la tercera edad, que no ha podido completar el monto necesario para continuar con su tratamiento. 

A lo largo de su cuerpo, la señora Rezéndes ha tenido que soportar la mutilación de diversas intervenciones que los especialistas han tenido que realizar para poder brindarle una mejor calidad de vida, desafortunadamente, su situación económica no le ha permitido costear los tratamientos necesarios o estéticos para sobre llevar de manera menos dolorosa su padecimiento.

Siendo una persona de la tercera edad y con una visión limitada, doña Carmen. no cuenta con un seguro social que le facilite las dosis de Eritroproyetina, medicamento que le ayuda a mantener los glóbulos rojos en la sangre. Sin embargo y desde hace varios días, esta ha dejado de recibir dichas dosis, situación que ha podido llegarle a costar la muerte.

A sus 63 años de edad, doña Carmen, difícilmente puede desempeñar un trabajo que le permita obtener los ingresos diarios para poder subsistir, o bien, comprar la medicina que le quite el dolor, es por esto, que, gracias a la ayuda de una de sus vecinas, esta, decidió colocar un pequeño cartel a las afueras de su hogar, para pedir a los paseantes de la calle Ocampo su ayuda y así mejorar su situación.

Con dos infartos en su haber, Carmencita, como sus familiares le conocen, aun ostenta una deuda de unidades de sangre que no ha podido saldar, por lo que, actualmente, esta, solicita a la ciudadanía que pueda ayudarla con medicamento sangre o dinero que acuda a su domicilio en la calle de Ocampo # 914 en el barrio de Tierra Blanca, o bien comunicarse al 6182660316.

Madre pide ayuda para su hija que lleva dos años en cama; enfermedades le han causado desnutrición severa

A sus 24 años, Cindy nunca se imaginó que su vida cambiaría radicalmente en un par de meses.

Desde hace dos años le diagnosticaron esclerodermia y síndrome de Crohn, una enfermedad que la ha dejado postrada en una cama.

Ahora con 26 años de edad, Cindy sigue luchando con estas enfermedades y una más: desnutrición severa. Sus esperanzas poco a poco se van agotando no sólo para ella sino también para su familia.

Aunque estuvo trabajando varios años como operadora y contaba con seguro, desde que enfermo el seguro no le ha querido pagar lo correspondiente a sus incapacidades además no le abastece de los medicamentos que necesita por lo que ahora se tiene que atender con médicos particulares, gastos que corren por cuenta de la mamá quien también ha dejado de trabajar para atender a la más pequeña de sus hijas desde que enfermó, ya que Cindy necesita de atención las 24 horas del día, los siete días de la semana.