La verdad de la desaparición de los 43 normalistas, según un sicario
Relató que aquella noche se llevaron a los jóvenes en un autobús desde Iguala hasta un poblado enclavado en San Miguel Totolapa. Aseguró que todos los normalistas fueron asesinados y enterrados en una fosa clandestina.
México. Desde el penal de Chilpancingo, donde se encontraba recluido por robo y secuestro, Eliseo Villar Castillo, ex dirigente de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) en San Luis Acatlán, Guerrero, aseguró conocer el paradero de los 43 normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014.
El hombre explicó que dos sicarios que conoció en prisión le confesaron a detalle su participación en la noche de Iguala; además le revelaron que habían sido contratados para este trabajo por Onésimo Marquina, El Nencho, dirigente de la Policía Comunitaria de Helidoro Castillo, vinculado por crimen organizado.
Eliseo Villar dio esta información al Subsecretario de Gobierno, Alejandro Encina, al abogado de los normalistas y a fundador del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
Semanas después de haberse dado a conocer, elementos de la FGR acudieron a dicho penal para tomar declaración de los dos sicarios, quienes al ser cuestionados uno de ellos aseguró no saber nada al respecto. El otro, identificado como Juan, confesó haber participado en la desaparición y asesinato de los estudiantes.
Relató que aquella noche se llevaron a los jóvenes en un autobús desde Iguala hasta un poblado enclavado en San Miguel Totolapa. Aseguró que todos los normalistas fueron asesinados y enterrados en una fosa clandestina en un predio privado y el autobús había sido escondido en una casa grande techada.
Tras estas nuevas pistas, las autoridades acudieron hasta el lugar y se encontraron con un camino de terracería intransitable en el que no podría ingresar un autobús.
Además, los horarios en el que supuestamente se habían llevado a los 43 normalistas, de acuerdo con Juan, no coincidían con la narrativa más fuerte que tiene la FGR en el caso, por lo que la búsqueda fue inútil y las declaraciones falsas.
México. Desde el penal de Chilpancingo, donde se encontraba recluido por robo y secuestro, Eliseo Villar Castillo, ex dirigente de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) en San Luis Acatlán, Guerrero, aseguró conocer el paradero de los 43 normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014.
El hombre explicó que dos sicarios que conoció en prisión le confesaron a detalle su participación en la noche de Iguala; además le revelaron que habían sido contratados para este trabajo por Onésimo Marquina, El Nencho, dirigente de la Policía Comunitaria de Helidoro Castillo, vinculado por crimen organizado.
Eliseo Villar dio esta información al Subsecretario de Gobierno, Alejandro Encina, al abogado de los normalistas y a fundador del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
Semanas después de haberse dado a conocer, elementos de la FGR acudieron a dicho penal para tomar declaración de los dos sicarios, quienes al ser cuestionados uno de ellos aseguró no saber nada al respecto. El otro, identificado como Juan, confesó haber participado en la desaparición y asesinato de los estudiantes.
Relató que aquella noche se llevaron a los jóvenes en un autobús desde Iguala hasta un poblado enclavado en San Miguel Totolapa. Aseguró que todos los normalistas fueron asesinados y enterrados en una fosa clandestina en un predio privado y el autobús había sido escondido en una casa grande techada.
Tras estas nuevas pistas, las autoridades acudieron hasta el lugar y se encontraron con un camino de terracería intransitable en el que no podría ingresar un autobús.
Además, los horarios en el que supuestamente se habían llevado a los 43 normalistas, de acuerdo con Juan, no coincidían con la narrativa más fuerte que tiene la FGR en el caso, por lo que la búsqueda fue inútil y las declaraciones falsas.
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