Reportan invasión atípica de sargazo en playas de QR
Hoteleros y empresarios usan maquinaria para retirar toneladas de algas; se quejan de que el mal olor aleja a turistas de Cancún, Riviera Maya, Tulum, Cozumel e Isla Mujeres.
Una invasión atípica de sargazo en playas de Quintana Roo generó preocupación y alarma en círculos empresariales hoteleros locales, que contrataron retroexcavadoras, tractores, barredoras y cuadrillas de trabajadores con carretillas para retirar acumulaciones del alga en Cancún y la Riviera Maya.
Hoteleros y restauranteros elevaron quejas por lo que llaman ineficacia y falta de competencia de la administración de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) ante la contingencia.
El sector turístico se queja de que el sargazo acumulado huele mal y levanta marejadas de aromas poco gratos en restaurantes de zonas hoteleras de Cancún y la Riviera Maya.
El presidente de la Asociación de Hoteles, Roberto Cintrón, señaló que las grandes cantidades de sargazo que llegan al Caribe, hacen más breves las estadías de los turistas; en algunos nichos de mercado, como las bodas en la playa, hemos tenido cancelaciones.“Es urgente que las autoridades municipales y estatales hagan algo porque esto deja pésima imagen en el turismo; además disponen de recursos que cobran puntualmente en el fideicomiso de los hoteleros, pero no hay transparencia, nadie rinde cuentas de ese dinero.
Es necesario que actúen.”Cifras oficiales indican que solo la semana pasada fueron retiradas 28 mil 124 toneladas de sargazo húmedo de costas quintanarroenses.
El municipio de Benito Juárez —cuya cabecera municipal es Cancún— lidera estos recales, con 15 mil 074 toneladas, pero el problema se extiende a Playa del Carmen, Tulum, Cozumel, Othón P. Blanco e Isla Mujeres.
El ex secretario estatal del Medio Ambiente Rafael Muñoz Bersunza explicó que “la cantidad de sargazo que llegó fue demasiada; nos llamó la atención y en principio los municipios incrementaron sus brigadas de limpieza en las playas.“Tradicionalmente —dijo— el sargazo llega y permanece una o dos semanas y desaparece.
Es un proceso natural, pero en esta ocasión fue totalmente atípico, no nos dimos abasto para contenerlo hubo necesidad de tomar otras medidas”.
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