Volkswagen bajo presión
La automotriz alemana continúa en el ojo del huracán luego del arresto de Rupert Stadler por su presunta participación en el escándalo de diésel de 2016.
Desde hace tiempo, algunos inversionistas se quejan de que a Volkswagen(VW) lo gobierna un Consejo de Supervisión que carece tanto de independencia como de experiencia. Esas objeciones destacaron la semana pasada, después de que arrestaron al jefe de la marca de lujo Audi de VW, Rupert Stadler, por el escándalo de diésel.
El martes pasado, VW anunció un nuevo director ejecutivo interino, el miembro del Consejo y jefe de ventas de Audi, Abraham Schot. Pero la decisión no la tomó el Consejo.
En su lugar, se basó en la propia solicitud de Stadler al dejar su cargo.
Después de seis horas de conversaciones, el martes pasado, los principales directores de la compañía automotriz decidieron continuar la reunión al día siguente para decidir sobre el destino final de Stadler.
Durante las discusiones, no pudieron determinar si despedían al ejecutivo, incluso cuando estaba en custodia por su presunta participación en el escándalo que provocó más de 26,000 millones de dólares (mdd) en daños. Los expertos en gobierno interpretaron esto como otra señal de que los directores no están dispuestos a llevar a cabo reformas audaces.
Erik Bomans, socio del grupo asesor de inversionistas de Deminor, dijo en 2015 que el consejo de supervisión debería despedir a los altos ejecutivos que no siguieron el ejemplo del exjefe de VW, Martin Winterkorn, de dejar su cargo por iniciativa propia. No hacerlo también fue una gran vergüenza constante.
“Aun si no se demuestra su culpabilidad, no es bueno puesto que tratas de reconstruir la confianza en la compañía”.
Christian Strenger, miembro fundador de la Comisión del Código de Gobierno Corporativo de Alemania, dice que el riesgo para el Consejo si hubiera obligado a Rupert Stadler a dejar su cargo era que podría haber ejercido presión sobre otros ejecutivos que estaban en Volkwagen cuando ocurrió el escándalo.
Entre los que hubieran estado bajo presión se podría incluir a Hans-Dieter Pötsch, el director de Finanzas que se convirtió en presidente del Consejo de Supervisión semanas después de que quedó expuesto el escándalo de la compañía.
“Estuvieron juntos”, dice Strenger. “Por eso nadie abrió las puertas. Es un juego de dominó: si una ficha se cae, todas caen”.
2.6%de las acciones cayeron
El martes después del arresto de jefe de Audi
Los fiscales dijeron en un comunicado que les preocupaba que Stadler, el jefe de la Unidad más rentable de VW, pueda obstruir la justicia.
No queda claro exactamente qué pruebas tienen, pero las personas cercanas a VW dicen que no se trata de las acciones del señor Rupert Stadler antes de que se expusiera en 2015 el escándalo que duró casi una década, sino una actividad más reciente que involucra la supuesta supresión de pruebas.
El martes pasado, las acciones de VW cayeron 2.6%, después de una caída de 3.1% del lunes pasado, para cotizar en 175.9 dólares, su nivel más bajo desde octubre.
Los riesgos de que el escándalo se extienda para implicar a los actuales miembros del Consejo han sido evidentes durante años.
Institutional Shareholder Services, un grupo asesor de inversionistas, le otorgó a VW la peor calificación posible para riesgo de gobernabilidad.
El mes pasado, Hermes EOS, la división de administración del grupo inversionista Hermes, se quejó de que 20 miembros de VW tenían “huecos evidentes de experiencia y habilidades que ponen en duda si el Consejo de Supervisión realmente entiende que una reforma de gobierno se debe de mantener como algo fundamental después de sacar a la luz el escándalo de las emisiones”.
Los Fiscales en Braunschweig multaron a Volkswagen con 1,157 mdd este mes, después de determinar que “se violaron las tareas de monitoreo en el Departamento de Desarrollo del Tren Motriz en el contexto de pruebas de vehículos”.
Para muchos analistas, la parte central del problema cultural de VW era que su Consejo de Supervisión estaba compuesto, principalmente, por sindicatos, el gobierno de Baja Sajonia y la familia Porsche-Piech, que son propietarios de 52% de los derechos de voto en la automotriz.
La estructura es tan rígida que incluso cuando un director ejecutivo, presidente o jefe de cumplimiento busca introducir cambios importantes en la compañía, no está claro que tengan el poder para hacerlo.
Richard Bistrong, un consultor contra el Soborno y el Cumplimiento, menciona que el gobierno corporativo de Volkswagen es el talón de Aquiles de la automotriz alemana.
“He escuchado a líderes de cumplimiento de VW hablar en eventos, y son sesiones muy atractivas, pero dejan en claro que los cambios en el liderazgo del Consejo o el Gobierno Corporativo están fuera de su campo visual”, dice. Arndt Ellinghorst, analista de Evercore ISI, menciona que está “muy seguro de que VW puede solucionar sus problemas operativos; confío menos en que pueda superar el mediocre gobierno corporativo”. Y añade que “es sorprendente que haya llegado al punto en que la policía arregle lo que ellos no han hecho”.
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