Américo Villarreal recibe constancia a gobernador electo de Tamaulipas

Personajes de la política llegaron a las oficinas del Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) para festejar ante militantes y simpatizantes, la entrega de la constancia al gobernador electo de Tamaulipas: Américo Villarreal Anaya.

Con el cierre de calles y el arribo de gente a Ciudad Victoria, inició el festejo al ritmo de la cumbia.

Al llegar, el árbitro del proceso y titular del instituto José Guadalupe Ramos Charre le entregó su constancia como gobernador electo para el periodo 2022-2028 a Américo Villarreal.

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Tras recibir la constancia que lo acredita como el gobernante más votado de la historia con 731 mil 383 votos, esto es 88 mil 583 votos sobre su más cercano contrincante, reconoció el trabajo en tiempo y forma del IETAM.

Luego salió al templete, donde los 38 grados sofocaban a cualquiera, dos mujeres al borde del desmayo que fueron atendidas por un médico que estaba ahí.

Los gritos de ¡Gobernador!, ¡Gobernador! invadían el ambiente, Américo de la mano de su esposa María, “la mujer vitamina” se dejaron querer y levantaron la constancia para dar paso al coro ¡Si se pudo!, ¡Si se pudo!

Luego Américo lo gritó a los cuatro vientos: “El triunfo es de todos y vamos juntos a transformar a Tamaulipas”, para cerrar con un llamado a la unidad y la reconciliación.

Para después seguir bailando con todo el flow en compañía de su esposa, cargando en sus manos la constancia que lo acredita como gobernador electo.

En un momento dado el templete se convirtió en pasarela fotográfica, las guapas Olga Sosa, Nataly García, Carmen Lilia Cantú Rosas, Maki Ortiz, Úrsula Salazar empezaron a modelar para sus respectivos fotógrafos abajo del templete.

Y empezaron las fotos del recuerdo a las que se sumaron Armando Zertuche, Vicente Joel Hernández, Humberto Prieto, Mario López, Armando Martínez, Adrián Oseguera y Marco Gallegos, entre otros más, al lado de Américo y su compañera de vida, María, la mujer vitamina.

A diferencia del Congreso de Tamaulipas, donde los mariachis cantaron las golondrinas a los que ya se van, aquí los mariachis callaron, el solecito tamaulipeco ya no dio tiempo a su interpretación, tal vez para cuando rinda la protesta de ley, el mariachi si pueda tocar.

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