Nadie se atrevió a delatar al Narco de Narcos por 20 millones de dólares
La recompensa por el sinaloense era la más alta del Departamento de Estado de Estados Unidos, con un monto equivalente al ofrecido por cuatro hijos del Chapo.
Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, ha sido durante los últimos años el objetivo más valioso para el gobierno de Estados Unidos. A pesar de que el Departamento de Estado ofrecía 20 millones de dólares a quien diera información para capturarlo, nadie se atrevió a delatarlo desde que salió de prisión en 2013.
La recompensa por el capo mexicano era la más alta. Por cada hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, por ejemplo, se ofrecen 5 millones de dólares a quien aportara datos para localizarlos.
Pero ni las jugosas recompensas lograron que alguien delatara a Caro Quintero, ni a ninguno de los 17 narcotraficantes mexicanos más buscados por el gobierno de Estados Unidos. La información podía ser entregada incluso por correo electrónico.
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Los capos más codiciados por la justicia estadounidense son el recién detenido Rafael Caro Quintero, por quien ofrecían 20 millones de dólares. Le siguen el escurridizo Ismael El Mayo Zambada (15 mdd) y el capo de moda, Nemesio El Mencho Oseguera Cervantes (10 mdd). Por el resto de la lista negra, entre quienes aparecen cuatro hijos y un hermano de Joaquín 'El Chapo' Guzmán, prometen dádivas por 5 millones de dólares.
Informes de la dependencia norteamericana consultados por MILENIO revelan que, hasta mayo de este año, el gobierno norteamericano ha destinado un presupuesto de 115 millones de dólares para cazar a 17 integrantes de la delincuencia organizada, mayormente del cártel de Sinaloa.
Aunque la organización delictiva que fundó el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán lidera el ofrecimiento de recompensas con 12 integrantes, han sido sumados tres narcotraficantes del Cártel Jalisco Nueva Generación, uno más de los Beltrán Leyva y otro del Cártel del Golfo.
Sin embargo, nadie se ha atrevido a dar pistas para cobrar la bolsa millonaria. Y es que hacerlo, significa entregar —y dejar registro interno a pesar de la promesa de confidencialidad— a uno de los narcotraficantes más buscados y peligrosos del mundo.
La bolsa millonaria es parte del presupuesto del programa de Recompensas de Narcóticos que ha pagado 135 millones de dólares que dieron con el paradero de 75 narcos desde 1985. Sin embargo, en los últimos años ha sido duramente criticada por no pagar a los informantes los millones prometidos.
A esto se suma la poca transparencia del programa, que ha clasificado detalles como confidenciales por el Departamento de Estado, ya que contiene actividades relacionadas con labores de inteligencia, incluidos métodos de captura e información sensible sobre relaciones exteriores.
Rafael Caro Quintero está acusado de cargos por narcotráfico, pero también por el asesinato de Enrique Kiki Camarena, agente de la DEA.
Hijos de capos
Luego de revisar los informes de recompensa del Departamento de Estado, se encontró que son 12 los narcotraficantes del cártel de Sinaloa, quienes encabezan la lista, y los delitos que se les imputan son el tráfico de drogas sintéticas a Estados Unidos. Nombres de antaño, pero también nuevas generaciones de capos y herederos de los negocios de sus padres.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán Salazar, Aureliano Guzmán Loera, Heriberto Salgueiro Nevárez, Ruperto Salgueiro Nevárez, José Salgueiro Nevárez, Ismael Mario Zambada García, Adelmo Niebla González, Juan José Esparragoza Moreno. Por estos se ofrece una recompensa de 5 millones de dólares.
Uno de los hijos de El Chapo que figura en la lista de recompensas es Ovidio Guzmán López. La ficha dice que le apodan El Ratón, que nació el 29 de marzo de 1990, en Culiacán, Sinaloa. Que tiene ojos cafés y cabello negro.
En una breve biografía revelan que los hermanos Guzmán López comenzaron sus carreras de narcotráfico muy temprano, al heredar las relaciones de su hermano fallecido, Édgar Guzmán López.
Después de la muerte de Édgar, Ovidio y su hermano Joaquín heredaron una gran parte de las ganancias del tráfico de narcóticos y comenzaron a invertir grandes cantidades de dinero en efectivo en la compra de marihuana en México y cocaína en Colombia.
También comenzaron a comprar grandes cantidades de efedrina de Argentina y organizaron el contrabando del producto a México cuando comenzaron a experimentar con la producción de metanfetamina.
“Los hermanos Guzmán López actualmente supervisan aproximadamente once laboratorios de metanfetamina en el estado de Sinaloa que producen un estimado de 3 mil a 5 mil libras de metanfetamina por mes. La metanfetamina se vende al por mayor a otros miembros de Sinaloa y a distribuidores con sede en Estados Unidos y Canadá”.
El departamento de Estado indica que Ovidio Guzmán ha ordenado el asesinato de informantes, un narcotraficante y un popular cantante mexicano que se negó a cantar en su boda.
En la lista de los 17 también se encuentran Erick Valencia Salazar, del Cártel Jalisco Nueva Generación, Fausto Isidro Meza Flores, de los Beltrán Leyva y Juan Reyes Mejía González, del Cártel del Golfo.
Una revisión al programa de Recompensas de Narcóticos de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, reveló que uno de los componentes más críticos de este programa es garantizar la total confidencialidad de los informantes.
Esto incluye la reubicación de informantes y sus familias, proporcionar nuevas identidades y nuevos trabajos. Sin embargo, algunos de estos han vuelto a delinquir ahora con su nueva identidad, aunque no detallan casos específicos.
A pesar de esto la bolsa para detener a mexicanos continúa creciendo cada año, sin que hasta el momento estos narcotraficantes hayan sido delatados aún por algún cómplice o enemigo del cártel al que pertenecen.
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