García Luna, en narconómina, asegura 'El Grande' en el juicio
Cada mes recibía 1.5 millones de dólares en una casa cerca de Perisur, de acuerdo con el ex capo de los Beltrán Leyva; con su ayuda, acusa, el Cártel de Sinaloa pasó a controlar de seis estados a 18.
Sergio Villarreal Barragán, el primer testigo llamado por la fiscalía contra Genaro García Luna, hizo una detallada descripción del crecimiento del Cártel de Sinaloa mientras trabajó en esa organización entre 2001 y 2010, cuando fue detenido.
Luis Cárdenas Palomino, Ramón Pequeño García, Armando Espinoza de Benito, Édgar Millán, Iván Reyes Arzate, Edgar Ballardo y Victor Garay Cadena, entre otros, fueron reconocidos por Villarreal en su testimonio.
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Aclaró cómo, presuntamente, cada comandante bajo el mando de García Luna tenía relación con una facción de la organización criminal sinaloense. “Espinoza de Benito trabajaba para El Mayo y El Chapo, y Gómez Meza era director regional de la AFI y parte de su trabajo para el cártel de Sinaloa era el poner y quitar comandantes en toda la República, sobre todo para los Beltrán Leyva”, dijo el interrogado.
El Grande habló de una casa de seguridad cerca del Centro Comercial Perisur, al sur de Ciudad de México, que pertenecía a Arturo Beltrán Leyva, en la cual llegaba Genaro García Luna con Cárdenas Palomino y el comandante Domingo, en la que se solían repartir 1.5 millones de dólares, que era la cuota mensual que el cártel entregaba a estos mandos de la AFI.
“Hacíamos fajillas de 10 mil dólares y juntábamos cinco de esas para hacer tabiques de 50 mil que metíamos en cajas de oficina” detalló el testigo.
La fiscal Erin Reid preguntó a El Grande sobre su relación con Édgar Valdez Villarreal y Gerardo Vázquez, El Indio, de quien el testigo dijo ser amigo.
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En la primera parte del testimonio, Villarreal se concentró en los primeros años del sexenio de Vicente Fox y relató un decomiso de dos toneladas de cocaína pertenecientes al cártel de Golfo realizado en el corredor Cuernavaca-Ciudad de México, el cual fue robado por los sinaloenses.
Dijo que, en el caso de los líderes de la AFI, “había un acuerdo de darles 50 por ciento de los decomisos”, pero a los funcionarios les daban su parte en efectivo.
“Esa vez Arturo Beltrán Leyva mando pedir a Roberto, El R, que llevara la cantidad y les dimos 14 o 16 millones de dólares” a García Luna, Cárdenas Palomino y el comandante Domingo.
El Grande recordó que “en 2001 el cartel controlaba seis estados”, pero en el momento en que fue detenido, en 2010, “ya controlábamos 18”, y señaló que los pagos a García Luna “crecieron como creció el cártel y sin ese apoyo hubiera sido imposible”.
Conflictos con el Cártel del Golfo, que dirigía Osiel Cárdenas, lo hicieron acercarse a Arturo Beltrán Leyva, quien en 2001 le dijo que su relación con las autoridades se limitaba “a la AFI en todo el país”.
La AFI, que ya dirigía Genaro García Luna, “nos entregaba uniformes, camionetas clonadas y charolas que son credenciales de identificación de la agencia.
A los funcionarios a quienes les pagaban, dijo, los clasificaban en aquellos que dejaban pasar los cargamentos y los que “forman parte de la organización”. García Luna era parte de la segunda.
“Cuando yo entré ya le pagaban y lo hicimos hasta que Arturo Beltrán Leyva murió (...) nos daba información de operativos contra la organización, nos facilitaba poner y quitar comandantes en distintas plazas de México y compartía información para pegarle a rivales”.
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