"El Nenuco" se movió como en un videojuego y asesinó a ocho en Michoacán

Los policías municipales no querían entrar al domicilio donde se escondió El Nenuco después de matar a ocho personas. "Fue el Ejército quien lo abatió; nada más que la policía se quiere colgar todo el crédito.

De la policía, fácil eran unos 50 elementos los que había aquí, pero sólo le gritaban con el altavoz que saliera. Y ya el Ejército, ellos se metieron para matarlo allá arriba", narra el testigo del desenlace de la jornada violenta.

El recorrido mortal de El Nenuco comenzó en un taller mecánico automotriz ubicado sobre la calle Amapola, en la colonia Miguel Hidalgo, en el municipio de Jacona. Allí atacó a balazos a dos hombres hasta dejarlos tendidos en charcos de sangre.

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Tras matar a los dos hombres en el taller, el criminal emprendió su huida corriendo sobre la calle Amapola, hasta llegar al exterior de una cremería, a una cuadra de distancia. Ahí fue donde robó un vehículo Tiida en color tinto, apuntando al dueño del auto con la pistola y disparando en contra de él y otras dos personas.

El Nenuco se dio a la huida por el Libramiento Zamora-Jacona Sur hasta llegar al municipio de Zamora, donde tomó el Boulevard del Virrey de Mendoza Oriente, en la colonia El Duero. Allí el atacante dejó abandonado el vehículo robado para continuar su huida a pie. En un momento se detuvo para amenazar a un hombre con la intención de quitarle las llaves del auto, pero el agraviado se negó a la exigencia del atacante, quien realizó un disparo al aire y siguió corriendo.

El criminal llegó hasta una refaccionaria especializada en motocicletas. Allí intentó robar una moto, exigiéndole las llaves al propietario del establecimiento. Como éste se las negó, un testigo explicó que El Nenuco "le pegó un tiro en la cabeza. Luego también a una muchacha que estaba ahí le pegó un tiro en el brazo". La mujer herida es la hija del asesinado propietario de la refaccionaria; también un cliente fue herido de un balazo.

Tras fallar en el robo de la motocicleta, el criminal corrió hasta una florería cercana, donde se encontró con Chema, un joven de 16 años a quien disparó de manera directa. Chema falleció por el impacto de bala en la cabeza. Tras matar al joven, El Nenuco intentó subir al segundo piso del local, pero no lo consiguió por estar cerrada una puerta.

Junto a la florería hay un local de venta de artículos para galleros. Al escuchar los disparos dos clientes salieron a ver qué ocurría, por lo que El Nenuco los mató a balazos sin mediar palabra. Fue en ese local donde Sergio Eduardo se atrincheró, pues ya era seguido de cerca por policías municipales, quienes se apostaron a las afueras del lugar. Y no fue sino hasta que llegó el Ejército, que la carrera mortal de El Nenuco terminó, pues los uniformados entraron al lugar y al ser recibidos a balazos, respondieron al fuego y abatieron al criminal.

Al día siguiente del suceso, al exterior de la refaccionaria y de la florería se apreciaron veladoras al pie de esos locales. Todos los negocios involucrados en la masacre estaban cerrados y mostraban sellos de resguardo de la Fiscalía de Michoacán.

Zamora y Jacona, los municipios de Michoacán en los que Sergio Eduardo 'A', asesinó el martes sin razón aparente a ocho personas en un arranque de violencia, amanecieron prácticamente fortificadas al día siguiente de una tragedia que sigue sin explicación.

Ambas poblaciones de Michoacán, que comparten calles y colonias, lucían con puestos de vigilancia policial en sus entradas principales, y con rondines de policías estatales y elementos del Ejército por diferentes puntos de la mancha urbana.

No se sabe a ciencia cierta el motivo por el cual Sergio Eduardo 'A', conocido como El Nenuco, asesinó a tiros a ocho personas en diferentes sitios, y dejó cuatro lesionados. Cuando se pregunta a los habitantes de Zamora sobre este personaje, quien resultó muerto al enfrentarse a soldados en el sitio donde se había refugiado tras la masacre, nadie quiere hablar. Lo más que se dice sobre este hombre es que vivió un tiempo en Tamaulipas, y que aparentemente formaba parte de un grupo del crimen organizado, pero nada más.

El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, calificó los sucesos sangrientos como atípicos, por la forma en la que ocurrieron. Declaró que van a investigar "si actuó solo o fue contratado, manifestó el mandatario, luego de asegurar que la acción del pistolero no concuerda con la de otros asesinos”.

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