Israel Ávila, preso por cuidar gallinas de los huevos de oro del crimen organizado
En 2011 un jurado encontró culpable al ciudadano de Texas por haber ayudado a esconder media tonelada de mariguana en unos gallineros en la propiedad de su madre.
En marzo de 2011, en San Juan, Texas, la fábula de la gallina de los huevos de oro se hizo realidad dentro de una pequeña propiedad cerca del Río Bravo. Pero entonces no era una, sino varias gallinas, y los huevos eran paquetes de mariguana que había entrado días antes por la frontera compartida con México.
El primero de marzo de 2011 agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos identificaron a un grupo de entre 15 y 20 personas que entraron de forma ilegal desde México por el Río Bravo, e la altura de Río Grande Valley, en Texas. Las autoridades les perdieron la pista cerca de un dique de contención.
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Después, la Administración para el Control de Drogas (DEA) recibió información sobre un cargamento de drogas que había entrado por la frontera sur, el cual rastrearon hasta una propiedad en San Juan, Texas, que está a menos de una milla del Río Bravo.
Cerca del mediodía, agentes entraron a la propiedad y encontraron a Israel Ávila, el habitante de la casa, junto a otras tres personas, mientras desmontaban el tanque de gasolina de una camioneta Dodge Durango. Ávila aseguró que los había conocido más temprano en una tienda de conveniencia y que estos habían accedido a ayudarle con una reparación de su camioneta.
Sin embargo, cuando Ávila dio autorización a los agentes para que buscaran drogas en su propiedad todo cambio. Los hombres no dejaban de observarlo, por lo que los agentes tuvieron que llevarse a Ávila a un lugar apartado donde confesó que era probable que los agentes sí encontraran droga.
Y así fue. Los agentes primero encontraron dos paquetes de mariguana en una pequeña casa en el patio, pero el verdadero cargamento estaba escondido en el gallinero. Los elementos entraron y encontraron los paquetes de mariguana entre las gallinas que Ávila y su madre, con quien vivía, mantenían. En total encontraron 501 kilos de droga. También aseguraron un rifle y una pistola de mano.
Pero Ávila negó pertenecer a algún cártel u organización criminal. Dijo que lo que hizo lo permitió porque no tenía de otra, pues estaba bajo amenaza, y que si denunciaba a la policía "algo (iba) a pasarle (a él) o (a su) mamá”.
Sin embargo, durante el juicio, un jurado de la Corte de Distrito del Sur de Texas lo encontró culpable de tres cargos relacionados con narcotráfico y portación ilegal de armas de fuego, por lo que pasó más de 6 años en prisión y otros cuatro en libertad supervisada.
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