La secretaria que cambia el ritmo de Jalisco
- Plaza Garibaldi
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Alejandro Sánchez
Desde los siete años, la música fue su refugio y su pasión. Con una guitarra en mano y el sueño de dedicarse al guionismo cinematográfico y la musicalización de cine, imaginaba su futuro en las aulas de la prestigiosa escuela afiliada a Berklee College of Music en Boston. Sin embargo, la vida, con sus giros inesperados, tenía otros planes para ella. La necesidad de financiar sus estudios la llevó a la industria discográfica, un mundo que, sin saberlo, se convertiría en su gran escuela de mercadotecnia y comunicación.
Era la época en la que la digitalización comenzaba a transformar industrias enteras, desde la música hasta el turismo y los medios. Michelle Fridman aprendió a moverse en medio de esos cambios. La industria discográfica no solo le enseñó los fundamentos de la comunicación y las estrategias de venta, sino que también la obligó a reinventarse constantemente. Tras años trabajando en marketing para disqueras, tomó una decisión audaz: fundar su propia empresa de comunicación, especializada en ofrecer servicios a la industria que la había formado. Con apenas 24 años, su apuesta era arriesgada, pero reflejaba su determinación y visión.
El destino le tenía otra sorpresa preparada. Al trabajar con festivales musicales —muchos de ellos auspiciados por gobiernos—, descubrió que su experiencia en comunicación y marketing podía aplicarse de manera innovadora en la promoción turística. Fue así como encontró, de forma natural, la intersección perfecta entre el entretenimiento, la comunicación y el turismo. Su enfoque creativo y disruptivo no solo revolucionó la manera en que se promueven los destinos turísticos, sino que también la consolidó como una figura clave en la industria.
Su historia es un testimonio de cómo la vida puede llevarnos por caminos imprevistos, pero siempre con un propósito. De las guitarras a las estrategias de marketing, de los festivales musicales a la promoción turística, su trayectoria es un ejemplo de adaptación, resiliencia y visión innovadora. Su primer gran proyecto en el mundo de la comunicación con disqueras fue solo el inicio de una carrera marcada por la creatividad y la capacidad de contar historias que resonaran.
Uno de los hitos más significativos en su camino fue la Cumbre Tajín, en Veracruz. Para una empresa emergente de apenas tres personas, este festival representó un desafío monumental y una oportunidad única. No se trataba solo de promover un evento, sino de narrar la riqueza cultural de toda una región: el Totonacapan, Papantla, los voladores y sus tradiciones ancestrales.
Este proyecto marcó un punto de inflexión en su carrera, acercándola cada vez más al turismo. Pronto, otros estados comenzaron a notar su enfoque innovador. Querétaro la llamó para su Festival del Vino y el Queso, y Puebla para su Festival de las Artes Indígenas. Cada evento, ya fuera gastronómico, cultural o musical, se convirtió en una plataforma para explorar nuevas estrategias de comunicación y promoción.
Pero fue el Bicentenario de Guanajuato en 2010 lo que la catapultó definitivamente al ámbito turístico. Bajo el mandato del entonces gobernador Juan Manuel Oliva, se le encomendó una tarea ambiciosa: contar la historia del Bicentenario de una manera que resonara no solo en México, sino en el mundo. A diferencia de las campañas tradicionales, rígidas y predecibles, su enfoque fue fresco, dinámico y vibrante. El resultado fue un año entero de celebraciones que pusieron a Guanajuato en el mapa global. Desde el Festival del Globo Bicentenario hasta los rallies de automóviles y motos, cada evento llevaba el sello del Bicentenario, convirtiendo a Guanajuato en el epicentro de las conmemoraciones a nivel nacional. Mientras otros estados celebraban solo en septiembre, Guanajuato sonó durante todo el año, consolidándose como un ejemplo de cómo la creatividad y la narrativa pueden transformar la promoción turística.
Su incursión en el servicio público no estaba en sus planes. De hecho, como empresaria, nunca imaginó trabajar para el gobierno. “Estudié letras y música”, ha dicho riendo. “El servicio público no estaba en mi radar”. Sin embargo, su talento para contar historias y su éxito en la promoción de destinos turísticos llamaron la atención de figuras clave en la política. Con su agencia, promovió el 70 por ciento de los destinos turísticos del país, lo que la convirtió en una pieza clave en la industria.
Así conoció a Mauricio Vila, primero como alcalde de Mérida. Se encargó de la comunicación del municipio. Pero la historia dio un giro inesperado cuando el entonces gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, la invitó a ser su secretaria de Turismo. No se lo esperaba. Sin embargo, justo cuando escuchaba la propuesta de Sinhue, Mauricio Vila, ya gobernador de Yucatán, también la buscó. Durante dos semanas vivió una disyuntiva peculiar y hasta divertida, recibiendo llamadas de ambos gobernadores. Fue una decisión complicada, pero al final se inclinó por Yucatán.
Yucatán fue el reto que definió su carrera. Su elección por ese estado no fue casual. Había un énfasis especial en el proyecto federal hacia el sureste, y además, Yucatán tenía un enorme potencial, aunque con muchas cosas por hacer. Quiso intentarlo lejos de casa, porque ella es originaria de la Ciudad de México, y terminó siendo una de las mejores decisiones que pudo tomar, como lo ha confirmado cada que puede.
Bajo su liderazgo, Yucatán no solo superó los desafíos de la pandemia y las tormentas históricas, sino que también se consolidó como un destino turístico y cultural de primer nivel. Su capacidad para transformar crisis en oportunidades dejó una huella imborrable en el estado y en su propia trayectoria. Al final, reportó un crecimiento del 34 por ciento en la llegada de visitantes, 82 por ciento más de derrama económica por turismo y 30 por ciento más de establecimientos hoteleros.
Es importante conocer el perfil de Michelle Fridman, de 42 años, porque el gobernador Pablo Lemus ha apostado por los mejores perfiles en cada área, y en la estrategia de la Secretaría de Turismo radica la palanca de desarrollo de Jalisco. De ella dependerán otros proyectos en diversas áreas para que el nombre de esta entidad resuene a nivel internacional. Ya está en Guadalajara la música que dejó colgadas sus seis guitarras en la habitación de su casa para asumir un nuevo desafío.
Cuando Pablo Lemus le extendió la invitación para unirse a su equipo, no fue una decisión tomada a la ligera. Tenía tres propuestas distintas de otros gobiernos. Pero la oferta de Lemus era diferente. “Necesitaba una propuesta que realmente mereciera la pena volver a aplazar mi vida personal. Algo que me permitiera dejar huella”. Y eso fue precisamente lo que encontró en Jalisco: la oportunidad de cambiar la percepción de que el turismo no es tan importante para Jalisco, cuando la realidad es que Jalisco es fundamental para el turismo.
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