Son regalos muy diferentes

ANTES UN BALÓN O MUÑECA; AHORA PURA TECNOLOGÍA.- Se vienen los festejos del Día del Niño y no cabe duda que los tiempos cambian, por lo que las celebraciones ahora son muy diferentes. 

Los peques saben que el día 30 de abril es su celebración, por lo que confían en que sus papás les puedan dar un buen regalo. Y es que hace algunos ayeres, los obsequios que se les proporcionaban a los niños iban desde carritos, pelotas, al que le iba bien recibía un balón o hasta una bicicleta. 

En las escuelas les hacían a los muchachitos su celebración con algún desayuno, además, les llevaban shows infantiles para que pasaran una mañana de diversión. Ahora, es difícil ver que todavía hay clases sociales, hay niños de los que tienen sus papás dinero y de aquellos que sus progenitores a los que apenas les alcanza para la renta, la comida, comprar ropa y además los gastos escolares, entre muchísimas cosas más. 

Los regalos que ahora dan a los niños ya no son una camisa, unos zapatos o llevarlos al cine. Para empezar, muchos de esos pequeños ya son más exigentes, ya que ahora no aceptan cualquier regalo y eso sí, exigen a sus papás desde un buen celular, una tablet y los jugos de moda para sus consolas. 

Por el otro lado, los otros niños, los de escuelas más sencillas, no exigen y si se quedan contentos con sus pelotas o balones, además, aceptan gustosos que los lleven a comer o a cenar y que junto a sus hermanos les hagan un bonito festejo. 

Que tiempos aquellos en que los niños se festejaban entre ellos, salían a las calles a jugar a los encantados, a las escondidas, al bebeleche, al bote, los quemados y tantos juegos más. Pero además, muchos se juntaban en la casa de aquel que tuviera la mejor televisión para ver sus programas favoritos y todavía la mamá del anfitrión, tenía tiempo para hacerles palomitas y ofrecerles un buen vaso de agua de sabor, de esos que vienen en sobres y son muy baratos.

Así es la vida, los tiempos cambian y ya los niños pareciera que vienen con un chip integrado, algo que no importa, ya que al final no dejan de ser niños y hay que festejarlos como se merecen.

Walter.juarez@milenio.com