Del cobro de piso a comerciantes, pasan a la venta forzada de drogas en Tepito
En poco más de cuatro años, se registraron mil 800 denuncias por narcomenudeo en la zona de Tepito, cifra casi igual a la reportada por Sinaloa.
Los criminales de Tepito ya no se conformaban con cobrar derecho de piso, fueron diciendo uno a uno de los compañeros de Zeferino, representante de comerciantes en la zona. Los delincuentes les exigen, ahora, vender las drogas en sus negocios.
En caso de negarse, incendian los locales o privan de la libertad a los comerciantes. Ante la nueva amenaza, muchos locatarios prefieren cerrar sus comercios para no convertirlos en sucursales de los grupos criminales.
Policía de la Ciudad de México realiza operativo contra narcomenudeo en Tepito “Te sientes impotente por no saber qué responder al compañero. Agachas la cabeza”, confiesa Zeferino, nombre empleado por seguridad.
Los delincuentes, explica, controlan a los comerciantes con el miedo; para no poner en riesgo sus vidas, eligen callar si alguno de ellos recibe la orden de vender droga.
“Es una red poderosa y peligrosa. Una empresa de mil cabezas. Si la autoridad tumba una, inmediatamente hay sucesora”, asegura.
Detrás de un punto de venta y de su encargado, hay un ejército que protege las operaciones. Si surge algún problema, aparecen de 10 a 15 sujetos armados en motocicletas: “Llegan por todos lados”.
La Unión Tepito manda en la zona, pero maniobran diversos grupos. Otro con peso es Fuerza Anti Unión. “El nombre sobra (…) lo que aterra son sus armas largas y su poder humano”, exclama Zeferino; los comerciantes observan la abundancia de los puntos de venta y conviven con esa realidad criminal que confirman los números oficiales.
De acuerdo con la información entregada vía transparencia por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), tan sólo en la zona de Tepito se registraron, entre 2018 y abril pasado, mil 829 denuncias por narcomenudeo en sus dos modalidades: posesión simple y posesión con fines de venta, comercio y suministro.
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Los barrios de Tepito y Peralvillo conforman la colonia Morelos, cuyos contornos son el Eje 1 y las avenidas Reforma, Del Trabajo y Canal del Norte. MILENIO revisó el índice criminal de ese perímetro de la alcaldía Cuauhtémoc, donde también proliferan los delitos de extorsión, tentativa de extorsión, homicidio por arma de fuego y por arma blanca, privación de la libertad y hasta tortura, con 16 casos.
La incidencia delictiva del narcomenudeo en Tepito es casi igual a la reportada en el mismo periodo por Sinaloa, con mil 872 registros y es superior a la de Zacatecas, Oaxaca, Yucatán, Nayarit y Tamaulipas, que rondan entre las 900 y mil 400 denuncias, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Zeferino dice que, desde Tepito, se distribuye la droga a otras zonas de la Ciudad de México, como las colonias Roma, Condesa y Juárez.
“Es delincuencia organizada: se comunican con radios y teléfonos, hay halconeo, extorsión. Es la bodega más grande que puedas imaginar de drogas del narcomenudeo”, aseguró Zeferino.
Cárteles de Jalisco y Sinaloa, surtidores de droga
Tepito es una zona sin estado, o un estado dentro del estado. Es una isla de delincuencia e impunidad.
La Central de Abasto de la droga de buena parte de la Ciudad de México es Tepito; una zona sin estado o un estado dentro del estado; una isla de delincuencia e impunidad, asegura Leopoldo Rodríguez Aranda, director general de Consultores en Gerencia Pública (Gesec), consultoría especializada en seguridad y otras políticas públicas.
Además, sostiene que es evidente la incapacidad de los gobiernos de la alcaldía, de la ciudad y federal para combatir el control criminal que tienen los criminales en el barrio, y que se expande al Centro Histórico.
Rodríguez ha efectuado trabajo de campo en la zona y conoce de cerca a los distintos actores y sus operaciones, por lo que sabe que buena parte de las familias que viven ahí se dedican a actividades ilícitas; el narcomenudeo y la extorsión son la principal fuente de ingresos. Son generaciones: hombres de 60 o 70 años, sus hijos y nietos.
La colusión entre autoridades y grupos delictivos del barrio se profundizó porque, según el director general de Gesec, algunos integrantes de estas familias también son policías en las distintas corporaciones de la ciudad.
“Hay que quitarnos la idea de que es gente con mucha influencia o poder. Basta ser policía ministerial y preventivo con buena relación con el MP”, asegura.
Explica que los operadores de Tepito tienen redes de comunicación con los productores de drogas ligados a los cárteles. Los principales surtidores hoy en la zona son: primero, el Cártel Jalisco Nueva Generación y, luego, el Cártel de Sinaloa.
La Unión es la cara criminal más visible de Tepito, sin embargo, no es la única organización, hay varias con distintos alcances. Son células del mismo barrio con cierto grado de autonomía y que trabajan en coordinación.
Se les otorga territorio, por ejemplo, a una célula se le concesiona una calle para extorsionar y con ello entrega una comisión. Los líderes de La Unión coordinan, en su momento fueron: Francisco Javier Hernández Gómez alias Pancho Cayagua, Óscar Andrés Flores, El Lunares, o Jorge Ortiz, El Tanque. Su grupo cercano de colaboradores reclutan a las células.
A través de estos grupos, desde Tepito se controla y se distribuye el narcomenudeo en buena parte de la ciudad: principalmente en las alcaldías Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Coyoacán.
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Extorsión, el otro negocio de Tepito
Cinco sujetos aparecieron en motonetas en el negocio de alimentos de Dante, ubicado en las calles de Tepito, eran hombres de La Unión, armados y documentados: traían información personal de él y de su familia. Sabían dónde vivían y el monto de sus ganancias diarias.
De entrada, le exigieron 50 mil pesos y, además, un cobro mensual de 25 mil. Desde el 2020, Dante paga un derecho de piso de 10 mil pesos, el monto bajó que logró luego de pidió ayuda a amigos que tienen contactos dentro del grupo criminal.
“No se denunció. Es impensable. No hay denuncias porque son grupos extremadamente violentos”, exclama Santiago, la persona que negoció. “Si no pagas, destrozan tu local o recibes una golpiza. Por temor, nadie te ayuda”.
Pese al miedo, la Fiscalía capitalina informó que hay, desde 2018, 22 registros de denuncias por el delito de extorsión y hasta 57 por tentativa de extorsión en la zona.
Rodríguez, que conoce de primera mano los acontecimientos en la zona, considera que el 99 por ciento de los comerciantes en Tepito son extorsionados. Lo mismo ocurre en el Centro Histórico. Asegura que algunas autoridades reciben rentas cotidianas por permitir a los criminales operar sus distintas actividades.
ZP
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