Morena avanza a la elección presidencial de 2024 gobernando a 90 millones de mexicanos
El partido con registro más joven de México logró darle la vuelta al tablero político, imprimiéndole una transformación tan profunda que lo deja irreconocible.
En cinco años, el movimiento de AMLO volteó el mapa político: arrebató 23 gubernaturas a PRI, PAN y PRD, quienes ya solo gobiernan a 20 millones; MC comanda a 14 millones.
Con el triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México, Morena y sus socios menores se encaminan a las elecciones presidenciales de 2024 en condiciones aplastantes, gobernando a 90 millones de personas de 23 de los 32 estados, y con predominancia en 22 entidades sobre la alianza opositora y sobre Movimiento Ciudadano.
- Te recomendamos Quién es Delfina Gómez, la virtual ganadora en elecciones del Estado de México Política
En contraste, la victoria opositora en Coahuila confirma que la alianza contará con siete gubernaturas (5 del PAN y 2 del PRI) y predominancia en 10 estados (en conjunto, porque por separado, PAN o PRI solo superan a Morena en siete entidades), y con gobierno sobre 20 millones de habitantes. Sobrepasa así por poco a Movimiento Ciudadano, que tiene el control político sobre 14 millones en dos estados.
La única entidad que Morena y aliados gobiernan pero en la que su predominancia ha sido cuestionada es Ciudad de México. En 2021, la suma total de votos de la coalición opositora, tanto en las elecciones para el Congreso de la Unión como para alcaldes (1 millón 829 mil y 1 millón 843 mil, respectivamente), superó a la que apoya a Andrés Manuel López Obrador (1 millón 773 mil y 1 millón 751 mil). Sin embargo, en los comicios para el Congreso capitalino, PRI, PAN y PRD quedaron por debajo, con 1 millón 612 mil frente a 1 millón 730 mil.
El balance, en todo caso, se inclina a favor de Morena en población gobernada, con 4 millones 300 mil habitantes en 9 alcaldías de oposición, ante 4 millones 800 mil en 7 demarcaciones oficialistas (de los que 3 millones viven en Iztapalapa y Alvaro Obregón), así como en distribución territorial, con 19 distritos locales a su favor, frente a 14 de sus rivales.
Tsunami Sostenido
El partido con registro más joven de México (lo obtuvo en 2014), logró darle la vuelta al tablero político, imprimiéndole una transformación tan profunda que lo deja irreconocible: en 2015, Morena no gobernaba un solo estado mientras que los partidos que hoy forman la alianza lo hacían en 30 (20 el PRI -incluyendo Chiapas en coalición con el PVEM-, 6 el PAN y 4 el PRD); además el lopezobradorismo carecía de senadores y en ese año no ganó más que 35 de los 500 diputados, formando el quinto grupo parlamentario en la Cámara Baja, después incluso del PRD y del PVEM.
Solo tres años después, la coalición que postuló a Andrés Manuel López Obrador provocó lo que propios y extraños describen como tsunami electoral, al obtener el 53 por ciento de los votos válidos en la elección presidencial, 31 puntos por arriba de su principal competidor.
Su arrastre se sostuvo en las legislativas de 2021, a pesar de que enfrentó a una insólita alianza de los partidos antes rivales, PAN, PRI y PRD. Hoy cuenta con 202 curules en ese recinto, más 75 de sus aliados, y 61 en la Cámara Alta, con 15 de sus asociados, lo que convierte a AMLO en el primer presidente que cuenta con mayoría absoluta en el Congreso de la Unión desde que la perdió Ernesto Zedillo con el PRI, en 1997.
Entre fundadores y chapulines
Los críticos, sin embargo, señalan que lo que parece una renovación casi total del poder político no lo es cuando se observa con detalle. Ya que Morena surge como escisión del PRD, es natural que gran parte de sus cuadros provenga de ese partido, que como resultado se convirtió en poco más que un cascarón vacío.
Pero muchos de los experredistas no fueron fundadores de Morena, sino que quienes crearon la nueva organización se rebelaban precisamente contra ellos. Y en numerosos lugares se vieron en la paradoja de que quienes lucharon para formar partido en los tiempos duros se volvieron a ver subordinados cuando llegó la época de cosechar los frutos.
Un ejemplo se dio en la alcaldía Venustiano Carranza, de Ciudad de México, en la que el grupo de Morena que enfrentó durante casi una década a la facción dominante en uno de los bastiones perredistas más sólidos, la de Julio César Moreno, propuso postular a Rocío Barrera Badillo para alcaldesa en 2021. Sin embargo, Moreno pactó su paso al partido de López Obrador con dos candidaturas, la propia para diputado federal y la de su compañera Evelyn Parra para la alcaldía. Barrera Badillo terminó lanzándose -y perdiendo- por el PRD.
Muchos otros cargos impulsados por la 4T han terminado en manos de figuras del viejo régimen, entre expriistas, expanistas y personas procedentes de otras organizaciones, además de miembros de los membretes aliados PVEM y PT.
Sin embargo, una revisión de los gobernadores que han llegado al poder por candidaturas de Morena, muestra que un 70 por ciento de ellos forman parte de quienes fundaron o construyeron el partido desde los primeros años (16 de 23), en tanto que, de los restantes siete, sólo cinco corresponden al perfil de los llamados “chapulines”, es decir, miembros de otras organizaciones que saltaron a Morena cuando ya era era una maquinaria electoral en marcha y un año o menos antes de tomar una candidatura (Julio Menchaca en Hidalgo; Miguel Barbosa en Puebla; Rubén Rocha en Sinaloa; Américo Villarreal en Tamaulipas; y Lorena Cuéllar en Tlaxcala; además, a la muerte de Barbosa en 2022, lo sucedió Sergio Céspedes, quien solo había entrado al partido un año antes después de probar suerte en el PRI y en MC), y uno más, Cuauhtémoc Blanco, se afilió a Morena cuando ya gobernaba Morelos, después de confrontarse y abandonar a los partidos locales que lo impulsaron.
Los ocupantes de los cuatro principales cargos del partido también comparten un perfil originario, salvo Ignacio Mier, un expriista que llegó a Morena en 2017, a tiempo para convertirse en diputado el año siguiente.
ZNR
- Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.